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Cuando el pintor cumplió 80 años

Visita al Museo Ramón Gaya de Murcia, que abrió sus puertas el 10 de octubre de 1990

Por José Belló Aliaga

En 1980, cuando Ramón Gaya alcanzó la edad de 70 años, en Murcia su Ciudad, un grupo de amigos, el periodista Pedro Soler, los pintores, Manuel Avellaneda y Pedro Serna, el poeta Eloy Sánchez Rosillo, Pepe Rubio y Manuel Fernández-Delgado decidieron hacerle un homenaje consistente en una gran exposición de gran parte de su obra en las galerías Chys, Zero y en el Casino de Murcia.

Se celebró una exposición homenaje de sus amigos los pintores murcianos, en la extinta sala municipal de Santa Isabel y se publicó un libro en el que se recopilaron poemas, artículos, estudios sobre su persona y su obra, así como parte de su literatura, de su palabra escrita, en lo que fue la primera obra de la reciente nacida entonces, Editora Regional.

Hijo Predilecto de Murcia

Por otra parte, junto a estas felices, festivas y merecidas iniciativas el Ayuntamiento murciano acordó nombrarle Hijo Predilecto de la ciudad.

Ramón Gaya, como hijo agradecido, donó a su Murcia natal, a esa <delicada ciudad polvorienta de una vigorosa sustancia desvaída>, a esa ciudad a la que él cada vez que podía volvía para toparse <materialmente con esa especie de hálito suyo, único, inconfundible >, un legado compuesto por un centenar de sus obras.

Posteriormente y tras un viaje a Méjico con su mujer Isabel Verdejo, la primera donación fue ampliada con la incorporación de una serie de cuadros de su época mejicana que faltaban en el legado inicial. A partir de ese momento Chapultepec, Cuernavaca y los primeros homenajes a Velázquez y Carpaccio se unieron a los pasteles de Firence, Roma y Venecia y a los homenajes a Tiziano, Remblandt, Victoria, Pastora, y un largo etcétera de <amigos suyos>.

Desde ese momento una serie de trabajos e ilusiones de todo tipo se fueron conjuntando para conseguir que Murcia tuviese un lugar que acogiese dicha colección.

El Museo abrió sus puertas el 10 de octubre de 1990

El Ayuntamiento de Murcia adquirió dos inmuebles de hermosa estampa en la Plaza de Santa Catalina, pertenecientes a la familia Palarea. Después de que Ramón Gaya aumentase su generosa donación en veinticinco nuevos dibujos, la Corporación Municipal, el 10 de octubre de 1990, cuando el pintor cumplía 80 años, hizo posible que lo que un día fue un sueño y deseo se hiciese realidad en forma de Museo, que abrió sus puertas bajo su nombre y en el que la Ciudad y sus hijos se miran con orgullo.

El edificio

La sede del Museo es una casa solariega de hermosa estampa, pintada en “amoroso amarillo”, en palabras del arquitecto José María Hervás, y con las características tradicionales de las arquitecturas del siglo XIX, situada en la ancestral, viva y vivida Plaza de Santa Catalina, en la que en otros tiempos se habían asentado la Mezquita de Al Cartayani, la Linterna de la ciudad y el Contraste, corazón que fueron de la ciudad mora, medieval y barroca. El Ayuntamiento de Murcia adquirió el noble edificio para albergar la colección donada por Ramón Gaya.

Rehabilitada y acondicionada por el arquitecto municipal Miguel Ángel Beloqui

La casa fue rehabilitada y acondicionada por el arquitecto municipal Miguel Ángel Beloqui, quien respetando todo lo compartimentado de ella, manteniendo la parte noble, llena de salas espaciosas y la de servicio con rincones y recovecos, la adaptó para ser el Museo capaz de mostrar una pintura que “emociona” y hace que el espectador “sienta y viva” la pintura de Ramón Gaya.

Del edificio original se conservaron la fachada con sus balcones, rejas de buche de paloma, mirador y la escalera principal con sus óculos al exterior.

Todos estos elementos representativos de la arquitectura murciana de una época y, a través de ellos, la luz exterior, esa luz murciana “polvorienta y cálida”, tornasolada y matizada por las jacarandas de la plaza, albergan desde el 10 de octubre de 1990 las salas del Museo donde cuelga la vida de Ramón Gaya convertida en colección.

Durante nuestra estancia en Murcia, en el Museo Ramón Gaya, además de la exposición permanente, se exhibían las exposiciones temporales: Pintura murciana escogida (Selección Ramón Gaya); Donación Pedro Serna. Sala Columnas; Cortesanas. Sala Velázquez y Gabinete de curiosidades de Ramón Gaya. 2ª Planta.

Recorrido por el Museo Ramón Gaya de Murcia

Pintura murciana escogida

Pintura murciana escogida es una exposición que reúne obras de aquellos pintores murcianos que más admiraba Ramón Gaya. El pintor quiso que en su museo hubiera una sala dedicada a ellos. Como una prolongación de esa sala, nace esta muestra en homenaje a esos pintores y esas obras que seleccionó Ramón Gaya en varias entrevistas o escritos. Podríamos decir en cierta manera, que Ramón Gaya es el «comisario» de esta muestra. Hay obras de Pedro Sánchez Picazo, José María Sobejano, Pedro Flores, Luis Garay, José María Almela Costa, Joaquín, Pedro Serna o la de Juan Bonafé, un pintor por el cual Ramón Gaya sentía verdadera estima. Fue a su vez compañero de las Misiones Pedagógicas.

Biografía de Ramón Gaya

Infancia y adolescencia (1910-1931)

Ramón Gaya nace en Murcia, en el Huerto del Conde, el 10 de octubre de 1910, hijo de Salvador Gaya, litógrafo de profesión, y de Josefa Pomés. Sus padres, catalanes, se han trasladado a Murcia porque Salvador va a participar en la instalación de un taller de litografía.

Sus inicios en la pintura van de la mano de los pintores Pedro Flores y Luis Garay, amigos de su padre; abandona la escuela siendo casi un niño, para dedicarse a la pintura, completando su formación en la pequeña biblioteca de su padre, un obrero catalán culto, anarquizante y wagneriano. Tolstoi, Nietzsche y Galdós estarán entre sus primeras lecturas, autores que lo acompañarán a lo largo de su vida.

Con la llegada a Murcia en los primeros años veinte de algunos pintores ingleses, convalecientes de la primera guerra mundial (Wyndam Tryon, Darsye Japp, Christopher Hall…), los pintores murcianos tienen noticia de las novedades que se están produciendo en París. La pintura del jovencísimo (casi niño) Gaya sufre varias influencias, entre las cuales el cubismo y la pintura de Cézanne serán las más notables.

Revista Verso y Prosa

En 1926, José Ballester, Juan Guerrero Ruiz y Jorge Guillén, que acaba de incorporarse a la Universidad de Murcia, fundan la revista Verso y Prosa, “boletín de la joven literatura”, según reza su subtítulo, en la que se reproducen por primera vez algunas pinturas suyas y se publican sus primeros escritos. Gracias a una beca de estudios que le concede el Ayuntamiento de Murcia, a los diecisiete años va a Madrid, visita el Museo del Prado, que según sus propias palabras constituirá para siempre su “Roca española”. Conoce a Juan Ramón Jiménez, figura esencial para el desarrollo intelectual del joven Gaya, y a casi todos los miembros de la Generación del 27, muchos de los cuales serán en adelante sus amigos.

Tras unas semanas en Madrid marcha a París junto a los pintores Pedro Flores y Luis Garay, visita los museos, conoce a Picasso y a Bores y hace una exposición en la galería Aux Quatre Chemins. A pesar del éxito de la exposición y de lo atractivo de la vida de París, pasados unos meses decide regresar. Ramón Gaya describe sus impresiones de esa estancia y su decepción ante las vanguardias en una carta dirigida a su amigo Juan Guerrero publicada en el último número de Verso y Prosa.

El 27 de septiembre de 1928 muere su madre en Murcia. En octubre, el joven Gaya marcha a Altea, donde pasa varios meses pintando y cristaliza su rechazo a la vanguardia. En 1929, viaja por Andalucía en compañía de Christopher Hall. La proclamación de la Segunda República lo sorprende en Barcelona, donde pasará casi un año con su padre que ha regresado allí junto a sus hermanas.

República y guerra (1932-1939)

En enero de 1932 se halla en Madrid. Por mediación del poeta Pedro Salinas, Manuel Bartolomé Cossío, presidente del Patronato, lo invita a colaborar en las Misiones Pedagógicas, proyecto cultural pedagógico y renovador de la República, destinado a acercar la cultura al mundo rural.

Los pintores Eduardo Vicente, Juan Bonafé y Ramón Gaya ganan el concurso para realizar las copias de los cuadros del Prado que compondrán el proyectado Museo del Pueblo, tarea a la que dedicó varios meses y que, según sus propias palabras, supuso para él un magnífico aprendizaje. Después aceptará viajar con dicho museo por los pueblos de España, como también harán, entre otros, Antonio Sánchez Barbudo, Rafael Dieste, Luis Cernuda, Arturo Serrano Plaja y María Zambrano. Publica en Luz varios artículos sobre arte. El 24 de junio de 1936, se casa en Madrid con Fe Sanz.

Declarada la guerra, se incorpora a la Alianza de Intelectuales Antifascistas y colabora en su revista, El Mono Azul. En las primeras semanas de la contienda, su casa de Madrid es bombardeada y pierde casi todas las pinturas realizadas hasta ese momento. Ramón Gaya y su mujer se trasladan a Valencia, donde en abril de 1937 nace Alicia, su única hija. En ese mismo año un grupo de jóvenes intelectuales – entre los que se hallan Rafael Dieste, María Zambrano, Luis Cernuda, Juan Gil-Albert, Arturo Serrano Plaja, Manuel Altolaguirre y el propio Gaya – fundan la revista Hora de España, con la que se pretende dar cauce a las obras de creación realizadas en esos trágicos momentos. Ramón Gaya formará parte de su consejo de redacción, colaborará con poemas y artículos, y será su único viñetista.

Congreso Internacional de Escritores Antifascistas

Participa en el Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, siendo uno de los redactores de la ponencia colectiva, leída en nombre de todos ellos por Arturo Serrano Plaja. Dos cuadros de Gaya – Espanto. Bombardeo de Almería, que obtendrá el primer premio de pintura en los Concursos Nacionales, y Palabras a los muertos. Retrato de Juan Gil-Albert – serán expuestos en el pabellón de la República Española de la Exposición de París de 1937. Estos cuadros se hallan hoy en el Museo Ramón Gaya de Murcia.

En 1939, tras la derrota republicana, su mujer, que intenta pasar a Francia con la población civil, muere en el bombardeo de Figueras, al que su hija sobrevive. Ramón Gaya y el grupo de Hora de España cruzan los Pirineos con el ejército republicano y son internados en el campo de concentración de Saint-Cyprien. A la salida del campo pasa unas semanas en Cardesse, en casa de su amigo el pintor inglés Christopher Hall, que se hará cargo de su pequeña hija, puesto que Gaya debe abandonar Francia y partir al exilio. Junto al grupo de Hora de España embarca en el Sinaia camino de México.

Exilio en México (1939-1952)

Ramón Gaya llega a México a finales de junio de 1939. A la pérdida de la guerra se ha unido la muerte de su mujer. Dan cuenta de ello los “Seis sonetos de un diario”, escritos en 1939, y recogidos hoy en Algunos poemas (Pre-Textos, 2001).

Con al apoyo de sus amigos comienza de nuevo a pintar. De 1940 es La cinta, primer cuadro pintado en México y perteneciente en la actualidad a la colección del Museo Ramón Gaya de Murcia. Son años de gran soledad y de intenso trabajo. La falta de museos de pintura clásica hace que llene su estudio de libros y de reproducciones de los grandes maestros, y es de ahí, de la comunicación constante con esos pintores, de donde nacen sus homenajes a Velázquez, a Murillo, a Rembrandt, a Tiziano, a Constable, a Picasso, al cubismo, y a los pintores chinos y japoneses. “Me pareció sentir”, nos dirá Gaya, “que tenía que hacer unos homenajes a esas grandes figuras […] quería señalar que hay que acordarse de ellos, y no sólo eso, sino que hay que contar con ellos”. Se trata de homenajes que de manera diferente no dejará de abordar a lo largo de su vida.

Paisajes

Son de esos años también los hermosos, personalísimos y casi orientales paisajes de Cuernavaca, Chapultepec, Acapulco, Veracruz. Hace viñetas para los libros editados por la Casa de España y colabora también con sus escritos en algunas revistas mexicanas como Taller, El Hijo Pródigo, Romance y Las Españas. Se reencuentra con Octavio Paz, al que había conocido en Valencia, durante el Congreso de Escritores Antifascistas. A la compañía de sus amigos españoles Juan Gil-Albert, Concha de Albornoz, Luis Cernuda, José Bergamín, Soledad Martínez, se suma la de algunos mexicanos como el poeta Xavier Villaurrutia, el músico Salvador Moreno y la arqueóloga francesa Laurette Séjourné (viuda de Víctor Serge).

En 1947 conoce al poeta Tomás Segovia, nacido en Valencia en 1927, al que le unirá una profunda amistad hasta el final de sus días, y del que en 1949 pintará un retrato que se puede contemplar en el Museo Ramón Gaya de Murcia.

A través de sus escritos y de su pintura no cesará de manifestar a lo largo de todos estos años su total independencia respecto a las consignas artísticas de la época.

El regreso a Europa (1952-1971)

El 21 de junio de 1952, Ramón Gaya llega a París; es su primera salida, tras trece años en México. París y sus museos serán su primer destino. Este primer viaje durará un año. Con Concha de Albornoz, Clara James y Juan Gil-Albert, visitará Venecia, Padua, Vicenza, Verona, Florencia, Roma y de nuevo París. Viaja también a Portugal para reencontrarse con su hija y regresa a Venecia, donde pasará varios meses pintando. Se conservan de ese periodo algunas acuarelas, pasteles y dibujos que dan testimonio de la importancia que tiene para su obra el contacto con los museos. (En 1984, Pre-Textos publica su Diario de un pintor, 1952-1953 en el que se recogen las impresiones y reflexiones de ese viaje.) El 18 de junio de 1953 regresa temporalmente a México, con el firme propósito de volver y establecerse en Europa, cerca de los museos, cerca de la pintura.

Dos exposiciones

Durante los años de México hará dos exposiciones, la primera en 1943, en el estudio de Marco y Rodríguez, para la cual Juan Gil-Albert escribe el texto del catálogo; la segunda, en 1950, en el Ateneo Español.

En marzo de 1956, ve cumplido su deseo y provisionalmente se instala en Roma, donde vive su gran amiga, la filósofa María Zambrano. Gracias a ésta conocerá a la escritora Elena Croce, hija del filósofo Benedetto Croce, y a Tomaso Carini, amistad que cultivará hasta el final de sus vidas. Con ellos frecuenta a Italo Calvino, Nicola Chiaromonte, Pietro Citati, Ellemire Zolla, Cristina Campo. María Zambrano lo pondrá en contacto también con el escultor Carmelo Pastor, becario de la Academia de Roma, muerto prematuramente. Conocerá también al escultor Giacomo Manzú.

En Italia

En Italia y ante la pintura de los grandes maestros, Gaya se propone abordar el cuadro de tema, sirviéndose de los grandes temas de la literatura y la mitología, “como una proposición, como una tentativa”, nos dirá, dedicándole varios años a ese proyecto, como lo demuestran algunos de los cuadros de esa época: Bautismo, Entierro de Cristo, Holófernes, Noli me tangere. También son de esa época esenciales y poéticos gouaches y pasteles de Roma y del Tíber; de la atmósfera de Venecia, de la laguna; de los puentes de Florencia, del Arno; de París. Muchos de estos cuadros forman parte de la colección permanente del Museo Ramón Gaya de Murcia. En De Luca Editore, Roma, publica en 1960 su libro de ensayos Ilsentimento della pittura, traducido al italiano por Leonardo Cammarano.

Regreso a España

En marzo de 1960, tras veintiún años de exilio, regresa a España a donde volverá en muchas ocasiones a lo largo de esa década. En mayo de aquel año sus amigos españoles le han organizado una exposición en Madrid, en la Galería Mayer, en la que José Bergamín leerá unas palabras de bienvenida. Visita el Museo del Prado y publica en español su libro de ensayos El sentimiento de la pintura en la editorial Arión.

Viaja por Andalucia y pasa varias semanas en Murcia pintando con Juan Bonafé en su estudio de la Alberca.

Gaya pinta en Roma un retrato a Victoria de los Ángeles, retrato que se puede contemplar en el Museo Ramón Gaya. En 1961 es invitado a participar en el congreso que se celebró en Málaga con motivo del Tercer Centenario de Velázquez, pero por discrepancias con los organizadores no llegará a leer su ponencia “Otras anotaciones” sobre el pintor sevillano. En ese mismo año pintará un retrato a José Bergamín, conservado hoy en Valladolid, en el Museo Patio Herreriano.

En 1965, su Velázquez pájaro solitario obtiene en Italia el premio “Inedito”.

Isabel Verdejo (Cuca)

Durante una estancia en Valencia en 1966 conoce a Isabel Verdejo (Cuca), con la que se casará más tarde, y de la que realizará un gran número de pinturas y dibujos. La editorial RM de Barcelona publica en 1969 su obra esencial: Velázquez, pájaro solitario. Publica algunos artículos en Il Mondo. En Madrid, a través de José Bergamín, conoce al filósofo italiano Giorgio Agamben.

En 1971, en Conoscenza Religiosa, la revista que dirige Ellemire Zolla, se publica su Velázquez, pájaro solitario, traducido al italiano por Leonardo Cammarano.

Gaya conservará hasta el final su estudio de Roma en el vicolo del Giglio, en el que pasará junto a su mujer largas temporadas trabajando.

Barcelona, Valencia, Madrid

A partir de los años setenta Ramón Gaya se instala en Barcelona, en un estudio frente a Santa María del Mar; después lo hará en Valencia, la ciudad de Isabel Verdejo. Son años de plenitud en la vida y en la obra del pintor, años de una gran riqueza creativa. En 1974 y 1975, expone su obra en Murcia y en Valencia. Pero es en 1978, en la retrospectiva de la galería Multitud de Madrid, donde se produce el encuentro de Gaya con el público español. En la muestra se pueden ver cuadros suyos de distintas épocas, y en el catálogo publicará su “Carta a un Andrés”, una reflexión sobre el arte moderno.

A partir de ese momento la nómina de admiradores es cada vez más amplia: pintores, historiadores, poetas, críticos de arte, coleccionistas. En Roma, en la revista Prospettive Settanta, se publica en 1978 “Omaggio a Ramón Gaya” con varias prosas suyas traducidas por Laura González, un ensayo de Nigel Dennis, y la traducción y presentación de tres sonetos de Gaya por Giorgio Agamben.

Homenaje

En octubre de 1980, por su septuagésimo cumpleaños, sus amigos murcianos le ofrecen un homenaje. Se organizan dos exposiciones comisariadas por Manuel Fernández-Delgado, y se publica el libro Homenaje a Ramón Gaya en el que colaboran, entre otros, Giorgio Agamben, José Bergamín, Rosa Chacel, Nigel Dennis, Enrique de Rivas, Tomás Segovia, María Zambrano, así como los murcianos Pedro García Montalvo, Soren Peñalver, José Rubio Fresneda… y Eloy Sánchez Rosillo que también será el coordinador del libro. En él aparece su texto “Huerto y vida”. En 1981, acompañado por Cuca, su mujer, pasará varias semanas en México y volverá a ver a algunos de sus viejos amigos.

En 1983, participa en la exposición “El exilio español en México”, celebrada en Madrid y organizada por el Ministerio de Cultura. La revista Fin de Siglo publica su texto “Juan Guerrero”.

En el Museo San Pío V de Valencia, en febrero de 1984, se inaugura una exposición retrospectiva en la que se pueden ver más de cien obras suyas, organizada por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana, y al cuidado de Pascual Masiá. La editorial Trieste, que dirige Andrés Trapiello, publica la segunda edición de su Velázquez, pájaro solitario. Su pintura se hace más esencial, más luminosa.

En Madrid

Ramón Gaya y su mujer, sin dejar su casa de Valencia, abren un estudio en Madrid. En 1985, el Ministerio de Cultura le concede la Medalla de Oro a las Bellas Artes. En Fin de Siglo publica su texto “Carta a un músico amigo” sobre Victoria de los Ángeles. En 1986, pintará un segundo retrato a Victoria de los Ángeles que se conserva hoy, como el de Bergamín, en el Museo Patio Herreriano de Valladolid.

En 1987, con motivo del cincuenta aniversario del Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, y organizada por la Generalitat Valenciana, se presenta una exposición de su pintura comisariada por Pascual Masiá. El 16 de marzo se casa con Isabel Verdejo. En ese mismo año toma parte en la exposición “El Pabellón Español en la Exposición Internacional de París de 1937 (cincuenta años después)”, celebrada en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid.

En el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid

En el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid, y patrocinada por el Ministerio de Cultura, en febrero-marzo de 1989 se presenta una exposición antológica de Ramón Gaya al cuidado de María José Salazar; dicha exposición se mostrará a continuación (marzo-abril) en la iglesia de San Esteban de Murcia, patrocinada por la Consejería de Cultura de su Comunidad Autónoma. En ellas se pueden ver por primera vez en España pinturas suyas realizadas en México. Junto al catálogo se incluye el tomo Sentimiento y sustancia de la pintura, recopilación de escritos de Gaya, ambos al cuidado de Andrés Trapiello. Participa en el ciclo de conferencias “El Museo del Prado visto por doce artistas contemporáneos”.

En la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, en abril de 1990, tiene lugar una exposición y un ciclo de conferencias dedicado a su obra coordinado por el pintor y catedrático de dibujo de dicha institución Manuel Ruiz Ortega. Como cierre a dichos actos Gaya mantendrá un diálogo sobre Sentimiento y sustancia de la pintura con los poetas José María Valverde y Rafael Santos.

Participa en el ciclo de conferencias sobre Velázquez en el Museo del Prado.

Inauguración del Museo en Murcia

El 10 de octubre de 1990, en Murcia, se inaugura un museo dedicado a su obra, dirigido por Manuel Fernández-Delgado y en el que se recogen más de quinientas obras donadas a la ciudad por el pintor. Pre-Textos presenta el primero de los tomos de su Obra completa. En Murcia, en el Aula de Cultura de La Verdad, Gaya dará una conferencia sobre Van Gogh y Cézanne, los dos pintores considerados por él más decisivos para el desarrollo del arte en el último siglo.

Con motivo de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, en el Pabellón de Murcia, se presenta una exposición individual de su obra.

En el Instituto Cervantes de París

El Instituto Cervantes de París organiza en 1995 una exposición de su pintura, la primera que tiene lugar en esa ciudad desde 1928. En ese mismo año, la Academia de España en Roma presentará una exposición de su obra. Después del fallecimiento del pintor se celebrará otra exposición en Italia, esta vez en el Instituto Cervantes de Nápoles.

En 1996, en Pre-Textos, aparece su personalísimo ensayo Naturalidad del arte y artificialidad de la crítica, reimpreso en diversas ocasiones en años posteriores.

Premio Nacional de Artes Plásticas

El Ministerio de Cultura le concede en 1997 el Premio Nacional de Artes Plásticas. En la Biblioteca Nacional de Madrid, se inaugura la exposición “Ramón Gaya y los libros”. En 1999, es investido doctor honoris causa por la Universidad de Murcia. En el Instituto Valenciano de Arte Moderno, que dirige Juan Manuel Bonet, y patrocinada por la Generalitat Valenciana, se realiza en 2000 una exposición de su pintura; Andrés Trapiello será el comisario de la muestra y Gaya colaborará activamente con él, en la selección de la obra. En 2002, el Ministerio de Cultura le concede el Premio Velázquez a las Artes, en su primera edición; con ese motivo, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, dirigido por Juan Manuel Bonet, se organiza en 2003 una exposición retrospectiva de su obra comisariada por Enrique Andrés Ruiz.

Ramón Gaya seguirá pintando prácticamente hasta el final de sus días.

Muere en su casa de Valencia el 15 de octubre de 2005.

José Belló Aliaga

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El Museo abrió sus puertas el 10 de octubre de 1990, cuando el pintor cumplió 80 años
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La sede del Museo es una casa solariega de hermosa estampa, situado en la Plaza de Santa Catalina de Murcia
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La silla, 1923. Óleo sobre lienzo, 27 x 23 cm
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Cristóbal Hall en el salón de Cardesse,1939. Gouache sobre papel, 50 x 41 cm
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Donación Pedro Serna
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Sala Velázquez. Las cortesanas
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Bodegón del Naipe, 1927. Óleo sobre lienzo, 23,5 x 30 cm
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Cernuda en la playa, 1934. Gouache sobre papel, 22 x 30cm
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Retrato de Tomás Segovia, 1949. Óleo sobre lienzo, 72,5 x 93 cm
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El embarcadero de Chapultepec, 1949. Gouache sobre papel, 42 x 60 cm
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Retrato de Isabel, 1990. Óleo sobre lienzo, 72 x 91 cm
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Pintura murciana escogida (Selección de Ramón Gaya)
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Gabinete de curiosidades
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Escaleras de acceso
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Vista de la exposición
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Homenaje a la durmiente de Murillo, 1992. Óleo sobre lienzo, 73 x 92 cm
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IX Homenaje a Velázquez, 1948. Gouache sobre papel, 46 x 60 cm
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Espejo y flor. Cardesse, 1939. Gouache sobre papel, 49 x 64 cm
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El pintor Cristóbal Hall, 1939. Gouache sobre papel, 20 x 31 cm
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Homenaje a Cézanne (Azucarero y peras), 1927.Gouache sobre papel, 24,2 x 29 cm
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Casa de Murcia (Mujer junto a la alberca), 1961. Gouache sobre papel, 52 x 65 cm
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Ramón Gaya pintado por Luis Garay
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