En vídeos, con música de fondo

Recopilación de obras de arte (13)

Selección de obras de la exposición ‘Álvaro Delgado (1922-2016). Centenario de un pintor’

Por José Belló Aliaga

En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF), se exhibe actualmente la exposición ‘Álvaro Delgado (1922-2016). Centenario de un pintor’, que puede ser visitada hasta el día 11 del mes de diciembre.

De la exposición dimos cumplida información a nuestros lectores.

Ver:

LA COMARCA DE PUERTOLLANO

https://www.lacomarcadepuertollano.com/presentacion-de-la-exposicion-alvaro-delgado-1922-2016-centenario-de-un-pintor

En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF), presentación de la exposición ‘Álvaro Delgado (1922-2016). Centenario de un pintor’

La muestra formada por más de medio centenar de obras, destaca la amplia producción pictórica y gráfica del artista. La intensidad cromática de Álvaro Delgado aporta una elevada expresividad a los motivos principales que representa - paisajes, naturalezas muertas y, principalmente, retratos.

A lo largo de toda su producción Álvaro Delgado ha hecho pintura de la pintura, representación de la pintura, con independencia de que en el cuadro se muestre un bodegón, un paisaje o un retrato. La evolución de su pintura ha discurrido siempre siguiendo este planteamiento. Desde sus obras iniciales, más ajustadas a una representación ordenada y estructurada del tema, su obra fue evolucionando hacia una expresividad libre y espontánea que sobrepasaba toda organización constructiva

De ella hemos seleccionado diez obras, cronológicamente, a lo largo de su dilatada trayectoria y realizado el siguiente vídeo, con fondo musical.

Selección de diez obras de la exposición ‘Álvaro Delgado (1922-2016). Centenario de un pintor’, con fondo musical

Y describimos cada una de las diez obras seleccionadas:

1.- Retrato de Mercedes Gal II

1947

Óleo sobre lienzo, 105 x 86 cm.

Firmado en el ángulo inferior derecho: “Álvaro/1947”

Retrato de líneas clásicas de la esposa de Álvaro Delgado, hermana de la pintora Menchu Gal, a quién conoció en 1946 y con la que se casó tras un breve noviazgo. La obra mantiene la fidelidad al modelo original y constituye un ejemplo muy significativo de “pintura vertical”, una etapa de su faceta como retratista que se desarrolla entre 1938 y 1957. En ella juega con una composición piramidal, oscura en la base y más clara en la parte superior, lo que le permite subrayar la alargada y esbelta silueta de la figura. Desde que la conoció, el pintor la vio como la personificación de un canon muy cercano al del Greco, el cual acabaría constituyendo la tipología femenina en su obra, caracterizada por una estilización especialmente patente e en el cuello, brazos y manos de sus figuras y por la expresividad de sus ojos.

Retrato de Mercedes Gal II

2.- Rincón de Navia

1957

Óleo sobre lienzo, 85 x 100 cm.

Firmado en el ángulo inferior derecho:” a. Delgado”

Con motivo de la concesión del título de Hijo Adoptivo de la Villa celebrada en Navia el 19 de octubre de 1975, Álvaro Delgado declararía: “Entre Navia y yo existen misteriosas historias secretas. Y también sé que pocas veces he creído entender tan lucidamente un pedazo de geografía”. En repetidas ocasiones el artista ha dicho que el mar fue el paisaje que más le atrajo en Asturias; por eso instaló un estudio frente a la ría de Navia y recorrió la costa occidental de la región captando distintas vistas. Una de las primeras que tomó de Navia fue este rincón que recoge algunas casas y el entorno. Pintado en los años cincuenta, mantiene la influencia de su maestro Daniel Vázquez Díaz.

Rincón de Navia

3.- Bichos para matar. Urogallo

1961

Litografía a color; papel con la filigrana “guarro”, 443 x 645 mm.; huella, 420 x 590 mm., carpeta, 650 x 460 mm.

En 1961, animado por el conde de Quintanilla, Álvaro Delgado expone en la galería San Jorge de Madrid las once litografías de la seria “Bichos para matar”, acompañadas por textos del critico Ramón Faraldo, gran aficionado a la caza. El resultado es una edición de hojas sueltas en la que a cada estampa se añade la descripción o el comentario acerca del animal. El pintor se sentía atraído por el ambiente que rodea a la actividad cinegética, pero era consciente del alto riesgo que asumía al apostar por lo figurativo en unos momentos de marcado triunfo de la abstracción. Para llevar a cabo este trabajo realizó una investigación exhaustiva, documentándose en libros científicos y tomando apuntes del natural. Además de revitalizar un género casi olvidado, consigue que las litografías se conviertan en verdaderos documentos científicos. Omite el paisaje de fondo y destaca la imagen en primer término, construida a base de vigorosos trazos negros densos y rotundos. Los animales, atrapados en el marco que les cobija, son captados en plena actividad a modo de una instantánea fotográfica: al acecho, en vuelo, a la carrera o en huida. Álvaro Delgado fusiona convenientemente el trazo y la mancha, para crear unidades armónicas más allá de la mera representación realista.

La exposición Bichos para matar- cuyo título parece estar tomado de Góngora- obtuvo un gran éxito y durante los años 1962 y 1963 se presentó en Valladolid, Salamanca, Córdoba, Oviedo y Bilbao.

Bichos para matar. Urogallo

4.- Haile Selassie, negus de Abisinia III

1969

Óleo sobre lienzo, 98 x 80 cm.

Firmado en el ángulo inferior izquierdo: “a. delgado”

En 1969 Álvaro Delgado presentó en la madrileña galería Ágora una serie de cuatro óleos y cinco dibujos del emperador Haile Selassie (1892-1975), negus de Abisinia, actual Etiopia. Obligado a exiliarse a Inglaterra ante la invasión de las tropas de Mussolini en 1936, Selassie se convirtió en paladín de la causa antifascista. Su punto culminante como líder internacional llegó en 1963, con la Conferencia de Jefes de Estado Africanos, germen de la Organización para la Unidad Africana. Heredero de una dinastía que se extiende sin solución de continuidad desde la predicación apostólica hasta la actualidad, desencantado con los retratos que le habían hecho anteriormente, posó para el pintor durante uno de sus viajes a Mallorca. De ese breve contacto surgieron los dibujos y óleos, que Delgado realizó sin estar presente el efigiado. En notable éxito obtenido por el pintor con esta serie fue el detonante para que las más altas esferas sociales españolas e internacionales se interesaran por su trabajo, de lo que derivaron numerosos encargos desde las instituciones políticas.

Haile Selassie, negus de Abisinia III

5.- Bodegón con palometa III

1973

Óleo sobre lienzo, 81 x 100 cm.

Firmado en el ángulo inferior derecho: “a. delgado”

El bodegón tiene una fuerte presencia en la obra de Álvaro Delgado, en parte por la influencia que sobe él ejercieron, durante su formación, los grandes maestros de la pintura española como Francisco de Zurbarán o Juan Sánchez Cortán. Inicia el cultivo de éste genero en la década de 1940 y no lo abandona a lo largo de toda su trayectoria. Si bien sus bodegones de los años cuarenta y cincuenta se decantan por el lenguaje poscubista, a partir de los años sesenta el color e impone a modo de mancha con unos objetos desdibujados, casi irreconocibles, que en ocasiones se superponen, lo que evidencia en su conjunto el paralelismo entre la pintura de Delgado y el informalismo y el expresionismo abstracto.

Bodegón con palometa III

6.- Era

1975

Óleo sobre papel y tabla, 64 x 87 cm.

Firmado en el ángulo inferior izquierdo: “a. delgado”

Álvaro Delgado dedicó numerosos paisajes de los que pintó en la villa de La Olmeda a reflejar escenas de labranza bajo el título “Era”. En la presente obra recoge el trabajo agrícola con animales al intenso sol que caracteriza a esa tierra. Las entonaciones ocres y terrosas dominan el lienzo y las formas simplificadas aún se mantienen; sin embargo, a medida que avance su producción la esquematización dominará sus pinturas.

Era

7.- Los fusilamientos de la Moncloa (d´après Goya) / Los fusilamientos del 3 de mayo (d´après Goya)

1969-1987

Óleo sobre lienzo, 180 x 300 cm.

Firmado en el ángulo inferior izquierdo: “a. delgado”

Siendo un adolescente Álvaro Delgado vivió la Guerra Civil, un suceso que marcó su interés por la violencia y el tema de la guerra. Encuentra en la obra de Francisco de Goya uno de los mejores modelos para expresar con total crudeza la violencia de la naturaleza humana. En 1961, gracias a una beca de la Fundación Juan March, dedicó varios estudios a los Fusilamientos cuyas variaciones fueron presentadas ese mismo año en la galería Biosca de Madrid. Años después realizará nuevas variaciones sobre el tema. En la presente composición Delgado recurre a un lenguaje prácticamente abstracto para pintar al pelotón de soldados, una masa negra que simboliza la sinrazón de la guerra en términos universales y que contrasta con las víctimas, pintadas en un lenguaje figurativo luminoso.

Los fusilamientos de la Moncloa (d´après Goya) / Los fusilamientos del 3 de mayo (d´après Goya)

8.- Paisaje de La Olmeda X

1990

Óleo sobre papel pegado a tabla, 130 x150 cm.

Firmado en el ángulo inferior derecho: “a. delgado”

En los años noventa, los paisajes de Álvaro Delgado se simplifican, se reducen y sus formas se esquematizan. Un trazo curvo y continuo dibuja la estructura. La composición omite la profundidad y se acerca a la abstracción.

Se trata de otra versión de una panorámica de La Olmeda en la que la torre focaliza el paisaje. Aunque se integra con su entorno es el único edificio que se distingue, como lugar de referencia.

Paisaje de La Olmeda X

9.- Monaguillo ramirense V

1997

Óleo sobre lienzo, 130 x 81 cm.

Firmado en el ángulo inferior derecho: “a. delgado”

En 1996 Álvaro Delgado inició una serie de composiciones denominadas “ramirenses”. En ellas el artista relaciona la cuenca del Navia, lugar en el que pasó largas temporadas y a cuyos paisajes dedicó numerosas obras, con la época prerrománica desarrollada durante el reinado del monarca asturiano Ramiro I (842-850). En esta composición se aprecia el estilo adoptado por Delgado en la década de los noventa en el que las figuras se presentan sobre un fondo plano, casi irreconocibles, compuestas a base de grafismos y un marcado carácter gestual. La serie fue presentada en la exposición Álvaro Delgado que tuvo lugar en 1998 en la galería El Cantil de Santander.

Monaguillo ramirense V

10.- Calipigia tras el pájaro de Braque

1999

Óleo sobre papel pegado a fibrapán, 179 x 126,5 cm.

Firmado en el ángulo inferior derecho: “a. delgado”

La tipología de estatua femenina semidesnuda denominada Venus calipígia, característica de la época helenística, muestra a una mujer (o a una diosa) que, mirando hacia atrás, se levanta el peplo hasta la cintura con el objetivo de mostrar sus nalgas. De hecho, la traducción de su nombre original en griego clásico es “Afrodita de las bellas algas”. Por extensión, el término “calipigia” se refiere a una obra artística en la que las nalgas de la modelo se muestran, como en este caso, directamente a la mirada del espectador. En esta pintura Álvaro Delgado demuestra su interés por el desnudo desde un punto de vista mitológico y rinde homenaje a los sensuales pájaros pintados por Braque al final de su vida, elaborando con ambos elementos tan alejados en el tiempo, una expresiva y vibrante imagen del cuerpo femenino.

Calipigia tras el pájaro de Braque

José Belló Aliaga