Quique Cerro, profesor de hostelería y vicepresidente de la Selección Española de Gastronomía, junto a otros miembros de la misma, han llevado a cabo este sábado, durante las Jornadas Gastronómicas de Ciudad Real ‘Real Food’, una exhibición de cocina con insectos. Un ejemplo de diversidad y sostenibilidad en la cocina.
La alcaldesa de Ciudad Real destacaba la apuesta “por la cocina sostenible con productos novedosos que, a pesar de los prejuicios iniciales, tienen un sabor crujiente, dulce y agradable”. Eva María Masías ha hecho un balance de las jornadas gastronómicas “REAL FOOD”, que se cerrarán con la cena de clausura ofrecida por la Selección Española de Cocina de Competición, destacando que “ha sido un sueño, que comenzó a gestarse en noviembre de 2019 y que ha situado Ciudad Real como referente nacional e internacional en el mundo de la cocina, de la sostenibilidad, del medio ambiente entre fogones, de la biodiversidad, y como no, de los productos kilómetro cero, el producto local, regional y de la tierra, así como de productos innovadores”. Añadía la primera edil que, además, se ha presentado a nivel mundial el proyecto “Feed the Planet” en España, que cuenta con 800 socios y 105 países participantes, y se han instaurado iniciativas pioneras, como el Concurso de Escuelas de Gastronomía. Terminaba Masías diciendo que “se trata de una iniciativa que nace con vocación de continuidad y que probablemente se mantendrá en estas fechas de primavera”.
Por otra parte, Quique Cerro agradecía al Ayuntamiento la iniciativa gastronómica que “ha tenido como hilo conductor la sostenibilidad y no cabe mejor ejemplo que la utilización del grillo, teniendo en cuenta la gran población mundial y la Agenda 2030 que insiste en que habrá que buscar fuentes de alimentación donde no las había”. Destacaba Cerro la apuesta valiente de los empresarios de Albacete y del restaurante “Los Morunos” de la Roda por la introducción del grillo “como producto de alimentación en diversidad de platos como bizcochos, helados y que aporta una gran proteína de valor biológico y de origen animal”. Especificaba que debemos abandonar el prejuicio inicial, porque no se trata del grillo de campo, sino de “una variedad en la que se cuida mucho su alimentación y está deshidratado para conseguir unas pequeñas cápsulas de color marrón, que son una proteína muy barata y que pronto vamos a encontrar en las despensas, al igual que en los supermercados, teniendo en cuenta que desde hace un mes la Comunidad Europea ha autorizado el consumo de este producto”.
