Presentación del libro "El ferrocarril en La Mancha. El «trenillo» de Valdepeñas a Puertollano, 1890-1963"

El miércoles, 19 de diciembre, a partir de las 20 horas, en el salón de actos del Museo Municipal de Alcázar de san Juan, tendrá lugar la presentación del libro "El ferrocarril en La Mancha. El «trenillo» de Valdepeñas a Puertollano, 1890-1963" escrito por Miguel Antonio Maldonado y publicado por la Biblioteca de Autores Manchegos.

Como colofón al acto tendrá lugar la actuación de la Camerata Cervantina interpretando canciones populares relacionadas con este ferrocarril.

Hace unos años llegaron a mis manos los “Treinta mil cantares populares”, de Eusebio Vasco, en cuyo primer volumen encontré unos cantarcillos populares que se hacían eco de un pequeño ferrocarril que circulo por el Campo de Calatrava, del cual, a pesar de mi profesión de ferroviario desde hace más de treinta años, no tenía referencias. Comencé a indagar a través de diferentes fuentes que reforzaron esa primera impresión de casi anonimato que presentaba el “trenillo” de manera general en la historia del ferrocarril en España, y en particular, en la historia provincial. La escasa repercusión fuera de su zona de influencia, las numerosas singularidades técnicas que presentaba y su incidencia en la economía y sociedad manchega fue lo que me llevo a trabajar en la reconstrucción histórica de este modesto ferrocarril. Y lo tacho de modesto porque así fue concebido por sus promotores en origen y con esa misma calificación acabo sus días.

Con la historia de este famoso «trenillo» de La Mancha se desvelan los propósitos emprendedores que llevaron a un grupo de destacadas e influyentes personalidades de la política, la sociedad e incluso la aristocracia alavesa de finales de siglo XIX a establecer el ferrocarril en el Campo de Calatrava.

La llegada del tren siempre ha significado progreso, riqueza, crecimiento y prosperidad para las zonas donde se ha asentado. Así para las gentes de la comarca el «trenillo» fue, además de un gran acontecimiento ciudadano, una buena oportunidad de desarrollo económico y social, si bien, se encontraron con una empresa cuyos fines eran otros.

Aquellos primeros concesionarios establecieron unas instalaciones ferroviarias muy modestas, con un ancho de vía atípico de 0,75 metros y un parque de material motor y remolcado escaso, acorde con la estrategia economicista de la compañía fundacional.Con el traspaso del ferrocarril a EFE (Explotación de los Ferrocarriles por el Estado), en 1934, cambiaron las circunstancias, aunque finalmente las escasas inversiones precipitaron su cierre definitivo en 1963.

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