Todos sus sucesores en el cargo han asistido al funeral

Muere Rafael Rodríguez, alcalde de Argamasilla de Calatrava entre 1987 y 1995

Argamasilla de Calatrava despidió este sábado a quien fuera su alcalde entre los años 1987 y 1995, Rafael Rodríguez Pérez, un hombre que tuvo en vida el cariño de sus paisanos y que ayer se volvió a percibir en el sepelio por parte de multitud de vecinos.

Entre quienes arroparon su marcha y mostraron su afecto a la familia, en especial a su esposa Reyes Bonales y a sus hijos, cabe destacar la presencia de quienes le sucedieron en la Alcaldía, María Luisa Piedrabuena, Fernando Calso, Jacinta Monroy y Jesús Ruiz.

Éste subrayaba la faceta “ejemplarizante de cargo público que hoy apenas si existe y al que todos, yo incluido, intentamos parecernos, el de la persona que rehuía polémicas, empatizaba con todo el mundo, escuchaba y trabajaba discretamente por su pueblo”.

Carácter que atestiguan las palabras que, a través del diario provincial Lanza, dejó escritas en sus primeras fiestas como regidor, en 1987, al escribir: «El amor y la voluntad todo lo mueve, la esperanza en todos se hace manifiesta. No cabe duda que el hombre no se basta a sí mismo, y en el encuentro con los demás se complementa en cierta forma».

Y desde esa humildad tan suya, añadía: «Al fin y al cabo todos somos precursores y recopiladores. Recibimos o recopilamos, para transformarlo más o menos, y damos o aportamos, de alguna manera, algo muy nuestro que otros se encargarán de recoger. Hijos en fin somos del pasado y padres del porvenir».

Ayer sábado, el estandarte de la Cofradía del Santo Entierro también ha estuvo muy presente en la ceremonia fúnebre que oficiaba el párroco José Manuel Medina desde las doce y media del mediodía.

Legados que propició como primer edil

Antes de su elección como primer edil ya había sido concejal de la Corporación municipal rabanera, pero llegó a su primera legislatura de alcalde con proyectos importantes como la urbanización de la Glorieta Navarra, donde hoy su féretro ha sido cubierto con la flamante bandera de Argamasilla de Calatrava, antes de entrar al templo parroquial.

También destacable fue la construcción del actual edificio consistorial, tras el derribo del anterior que se encontraba en un estado cuasi ruinoso en su estructura, siendo inaugurado en octubre de 1992.

En su afán por garantizar la seguridad de los peatones por cruzar el centro de la población la carretera N-420, donde se habían producido desde muchos años antes atropellos, algunos incluso trágicos, sin perder la perspectiva de luchar por la variante que luego se conseguiría, ubicó los primeros semáforos en el entorno de la Glorieta y la Plaza Palacios.

También es fruto de aquellos primeros cuatro años como alcalde, la planificación del Pasque ‘Huerta Asaura’ hoy tan emblemático, previendo también el nuevo Colegio ‘Virgen del Socorro’ que sustituiría al vetusto núcleo de San Blas.

La convicción de Rafael en la necesidad de ampliar el polígono industrial llevaría a planteer El Cabezuelo II, que se inauguraría en junio de 1994 y en el cultivo de las capacidades de personas de cierta edad permitiría gestar la Universidad Popular inaugurada en febrero de 1990, así como la Casa de Cultura y su Biblioteca que vería la luz un año después.

Durante aquel primer mandato también se potenció el asociacionismo en la localidad, naciendo la Junta Local de la Asociación Española Contra el Cáncer, la Hermandad de Donantes de Sangre rabanera o la Asociación Juvenil ‘5 de Octubre’, dando pie a la creación asimismo de la Semana de la Juventud.

Entre los legados de su segunda legislatura cabe reparar en el Pabellón de Deportes, inaugurado en mayo de 1993; las gestiones de una nueva carretera hacia Aldea del Rey; más servicios para la juventud, la mujer y la tercera edad; o la constitución de la Junta Local de Seguridad.

Tras dejar la Alcaldía, ejerció unos años como diputado provincial en representación de los intereses comarcales y luego, durante la legislatura de 2003 a 2007, ejercería como concejal de Urbanismo en el equipo de Gobierno de Fernando Calso.

Rafael Rodríguez Pérez también dejó escrito en su día en la prensa que «ningún alcalde de los que hemos estado hasta ahora ha pretendido que nadie le agradezca ni le regale nada por haber hecho ese trabajo; lo hemos hecho por amor a nuestro pueblo, para que nuestros ciudadanos mejoren, los servicios sociales estén en condiciones y prosperemos en industria y en todos los contextos».

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