Médicos del Mundo pone en valor al personal sanitario, organizaciones e iniciativas ciudadanas que luchan por el derecho a la salud en España

En el Día Internacional de la Migración, Médicos del Mundo pone en valor al personal sanitario, organizaciones e iniciativas ciudadanas que están luchando por hacer realidad el derecho a la salud en España

Historias de exclusión, historias de compromiso

La organización reclama al Gobierno de Castilla-la Mancha que asuma su responsabilidad a la hora de asegurar el derecho a la salud para todas las personas

Toledo, 17 de diciembre de 2012.- Nunca son buenos tiempos para ser emigrante, pero en estos momentos las personas que dejan su país para buscar un futuro mejor en otro se encuentran, además de las fronteras, una situación de crisis económica, de altos niveles de desempleo y de resurgimiento de actitudes xenófobas alentadas por políticas que defienden la exclusión de las personas migrantes de un número de servicios cada vez mayor.

Afortunadamente, también hay personas y organizaciones que consideran a las personas migrantes como titulares de derechos que son y apuestan porque puedan ejercerlos. En España, la retirada de la tarjeta sanitaria a miles de migrantes en situación administrativa irregular les ha dejado al margen de la atención sanitaria normalizada, pero el trabajo conjunto de profesionales del ámbito sanitario, de organizaciones humanitarias y plataformas ciudadanas como “Yo sí sanidad universal” está trabajando día a día para que muchas de estas personas excluidas por las leyes puedan recibir la atención que necesitan en el sistema público de salud.

Historias de compromiso

A pesar de que, en la actualidad, hay centenares de personas que no están recibiendo la atención sanitaria que necesitan, y muchas más irán apareciendo en el futuro, ya en otras comunidades autónomas son numerosos los casos de denegación de atención que han conseguido resolverse gracias a la implicación de personal sanitario objetor, voluntariado y personal de ONGs. Esta intervención ha marcado la diferencia entre la desatención y la atención sanitaria para decenas de personas como Isaac, a quien un hospital de Zaragoza negó los antirretrovirales que necesitaba para tratar el VIH y que finalmente logró acceder a ellos, o Andrés, enfermo crónico que defendió su derecho a seguir recibiendo tratamiento y lo consiguió en el hospital de Fuenlabrada (Madrid).

Por otra parte, si bien parte de las derivaciones de estos casos se han resuelto positivamente, las personas que consiguen ser atendidas no tienen cubierta la medicación que precisan, por lo que dado el elevado coste -especialmente de los tratamientos para enfermedades crónicas- y la ausencia de recursos económicos por parte de este colectivo existe un riesgo real de falta de seguimiento de los tratamientos prescritos.

Situación en Castilla-la Mancha.

A pesar de los resultados positivos en otras comunidades, la realidad en Castilla-la Mancha es muy diferente, tal y como mostró el estudio “semáforo de la exclusión sanitaria”, realizado por Médicos del Mundo: en dicho informe, se reflejó cómo nuestra región es una de las que más estrictamente aplica la reforma sanitaria, dejando sin atención médica incluso a personas con enfermedades crónicas.

La labor de asesoramiento, acompañamiento y mediación que Médicos del Mundo y otras entidades están ejerciendo ante la Administración en relación a los casos de vulneración del derecho a la salud ha ido acompañada de la denuncia pública de estas situaciones y de un intenso trabajo de incidencia política.

Sin embargo, hasta la fecha no se ha recibido ninguna respuesta por parte de la administración regional, y personas como Mohamed, diabético, o Fátima, enferma de cáncer, siguen sin poder recibir ningún tipo de atención médica.

Universalidad del derecho a la salud

Además, la solución de los casos particulares no es suficiente. El derecho a la salud es universal y no debe depender de la nacionalidad de las personas ni de su situación administrativa. Por ese motivo, Médicos del Mundo seguirá exigiendo la restitución de estos derechos a todas las personas residentes en España.

A esto hay que añadir que los casos a los que han tenido acceso las entidades que trabajan en este ámbito no suponen el total de los existentes, puesto que muchas personas no piden ayuda hasta que su estado de salud está es muy límite por miedo o desconocimiento de sus derechos, lo que hace imposible determinar el alcance real de la vulneración del derecho a la salud de las personas migrantes que se está produciendo en nuestro país.

El fantasma de la xenofobia

Médicos del Mundo teme que fomentar la falsa creencia de que las personas inmigrantes colapsan los servicios de atención primaria y suponen un coste elevado para el sistema sanitario público pueda alentar sentimientos racistas y xenófobos entre la población española.

En realidad, las personas inmigrantes usan menos el sistema de atención primaria que la población autóctona. Así lo demuestran varios informes como el realizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) en 2008. El informe mostraba que las personas inmigrantes, representando más del 10% de la población residente en España, sólo suponían el 5% de los/as pacientes de atención primaria, muy lejos de su presencia en la sociedad. Sobre el uso de los servicios de Atención Primaria por parte de inmigrantes en España, el 57,7% de la población española había acudido al menos una vez en el periodo de un año frente al 12,7% de la población inmigrante. Uno de los estudios más exhaustivos fue el elaborado por médicos de Atención Primaria de Zaragoza. En él se analizaron más de 5 millones de visitas de una población de 473.523 personas (el 11,17% inmigrantes). Según este análisis, las personas adultas inmigrantes fueron 4,2 veces a la consulta médica por las 6,7 de las españolas.

El estudio de Ángel Alberquilla, técnico de Salud Pública de la Comunidad de Madrid con datos de 2009, demuestra sin lugar a dudas como todas las partidas estudiadas -consumo de medicamentos, visitas a consulta y hospitalizaciones- indican que las personas extranjeras utilizan menos los servicios sanitarios. Es decir, consumen menos fármacos y acuden menos a la consulta médica. FIN//

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