El Colegio y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM y AIIM) a los que pertenece el Colegio de Ingenieros Industriales de Ciudad Real, consideran que existen razones suficientes para incluir el gas y la nuclear como energías de transición dado su aporte, tanto actual como potencial, a la obtención de energía con bajas emisiones de CO2, en el caso del gas, o nulas emisiones, en el caso de la energía nuclear.
La capacidad de aportar gran cantidad de energía para las necesidades crecientes de la industria europea y sus bajas emisiones de CO2, en el gas, y nulas en la energía nuclear, capacitan a estas dos fuentes como energías verdes de transición.
Esta resolución, adoptada por la Comisión Europea, a través de un Acto Delegado Climático Complementario de Taxonomía sobre mitigación y adaptación al cambio climático, es apoyada por los Ingenieros Industriales de Ciudad Real a través de una nota emitida por la Comisión de Energía del COIIM y la AIIM, las organizaciones que los representan.
Una decisión controvertida, tanto por lo que supone para el reparto de fondos destinados a este tipo de energías como por el instrumento adoptado por la UE para declarar el gas y la nuclear como energías verdes de transición.
Energías de transición indispensables
Hoy en día, en la UE, del 40% de generación de electricidad sin emisiones, el 50% corresponde a la energía nuclear. Este porcentaje se eleva al 60% en el caso de España. De igual manera, el gas, si bien emite CO2 (0,33 t/MWh), es energía de respaldo indispensable, a la vista de los retrasos en la disponibilidad de una solución competitiva al almacenamiento de energía, en los plazos necesarios.
Los ciclos combinados también contribuirían a paliar el problema de la necesaria sustitución de la generación con carbón que emite el triple aproximadamente que los ciclos combinados. Como ejemplo, citemos que Alemania produjo en 2021, aproximadamente el 30% de su electricidad con centrales de carbón y este porcentaje probablemente aumentará en 2022 como consecuencia del cierre de sus últimas tres centrales nucleares.
Pero además existe el problema geoestratégico de la dependencia del gas ruso y argelino (este último en el caso de España y Portugal). Este problema lleva a cuestionar la política energética de la UE en su conjunto y de la península Ibérica en particular.
Estas características las hacen indispensables para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de la COP 26 y del programa “Fit for 55”.
Acto Delegado, una figura no libre de controversia
El Acto Delegado es una figura que contempla la cesión de poder desde el legislativo europeo a la Comisión. Normalmente se usa para regular avances técnicos, por lo que no requiere de un largo proceso legislativo. Algunos europarlamentarios han criticado que, al haber optado por el Acto Delegado, la Comisión ha llevado a cabo un proceso que puede suscitar debate en cuanto a su forma legal para una iniciativa tan importante.
En todo caso a la vista de los alineamientos de los países a favor y en contra del Acto Delegado, los procedimientos de la UE hacen poco probable la derrota de esta iniciativa tanto en su forma como en su contenido porque para ello se debería reunir en el Parlamento Europeo una mayoría simple (353 eurodiputados), o bien en el Consejo Europeo, al menos un 72 % de los Estados miembros (mínimo veinte) que representaran, como mínimo, al 65% de la población de la UE.
El reparto de fondos en la base del problema
La UE espera movilizar 2,6 billones de euros de aquí al 2030, de los que una parte importante provendrían de bancos e inversores privados. La clasificación de una tecnología como verde le abre el acceso a los fondos de la UE y la clasifica como preferente para los inversores privados. La cifra citada es ingente pero aún mayor es la necesidad de inversión para alcanzar las metas a 2030 y 2050 establecidas en el Programa “Fit for 55” de la UE.
De ahí la oposición de las tecnologías, inicialmente incluidas en la taxonomía de energías verdes, a la entrada del gas y la nuclear, por miedo a perder acceso a las citadas financiaciones. En el caso de España resulta improbable que empresas privadas emprendan, a corto o medio plazo, inversiones en nuevas centrales nucleares sean del tipo actual o avanzadas, por ejemplo reactores modulares pequeños. Otro tanto ocurre con nuevas inversiones en ciclos combinados. Por tanto, nuestro caso es muy distinto al de otros países de la UE que sí consideran inversiones relevantes en las citadas categorías.
Sobre el Colegio y la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM-AIIM)
El COIIM es una corporación de derecho público que representa a cerca de 10.000 ingenieros industriales de Madrid, Ávila, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Salamanca, Segovia, Soria, Toledo, Valladolid y Zamora, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Inició su andadura en 1950 con el objetivo de facilitar el progreso continuo de la profesión en relación con las necesidades de la Ingeniería Industrial en particular, y de las empresas y la sociedad en general, velando por las buenas prácticas y el cumplimiento de la deontología en el ejercicio de la profesión de ingeniero industrial. La Asociación es una entidad jurídica de derecho privado, cuyo fin es el fomento del progreso de la Ingeniería Industrial poniéndola al servicio de la Sociedad.