Desde la Mesa del Cambio Climático de Daimiel, Benito Moreno ha asegurado que políticos como Paco Núñez o Moreno Bonilla y “cierto asociacionismo agrario” viven en “realidades paralelas que reconocen la escasez crítica y crónica del agua, y la destrucción ambiental que nos conducen al colapso”.
Según su reflexión, “en lugar de solucionar los problemas, los aumentan en una huida suicida hacia adelante”, en referencia a sus propuestas sobre “la legalización de pozos y vaciado de acuíferos” en Las Tablas o Donaña.
Moreno señala que, tras comprobar que el “verano ha empezado en abril” y con un modelo agrario intensivista que despilfarra agua y a menudo endeuda a los agricultores”, la única solución efectiva pasa por “recuperar el buen estado de las aguas superficiales y subterráneas, los humedales y acabar el derroche y la mala gestión y planificación”.
Así las cosas y para enfrentar esta situación, el portavoz de la Mesa del Cambio Climático pedía que se reconozca que “el agua pertenece al conjunto de la sociedad, y no es propiedad exclusiva de una parte de la misma”, y que se admita “la escasez del agua, la realidad del cambio climático y la inviabilidad del modelo agrario actual”.
También solicitaba que “las organizaciones agrarias apuestan por otro modelo de agricultura y ganadería”; que se busquen “soluciones viables en el contexto de crisis ambiental y social” en el que nos encontramos; o que “se sancione a los que hagan un mal uso de agua y se proteja a los que hagan un uso social y ecológico”.
Por último, Moreno pedía a los partidos que “con estos asuntos no busquen el voto fácil, prometiendo lo imposible”; que se escuche a la ciencia; y, sobre todo, “ahorrar agua, a todos los niveles y, como sociedad, cuidarla y protegerla”.
Tras estas consideraciones, el portavoz de la Mesa del Cambio Climático en Daimiel indica que “quizás el problema principal que tenemos no sea la escasez de agua, sino reconocer los problemas para buscar soluciones bajo criterios ambientales y sociales, pensando en el interés general y no en un puñado de votos”.
Y cerraba su reflexión pidiendo a los responsables políticos que piensen en las consecuencias que habría para la población más vulnerable si las temperaturas, ya de por sí altas en pleno verano, aumentan en cinco grados.
