Javier Holgado Corral.- El pasado jueves, en este mismo medio, aparecía una noticia con las palabras del concejal Félix Calle en el Pleno, al respecto del poco caudal que en la actualidad existía en los caños de la Fuente Agria de Puertollano, con las que argumentaba que el origen del problema estaba fundamentalmente en que “no llueve”.
Los históricos problemas de la Fuente Agria
No es la primera vez que la Fuente Agria presenta problemas similares; muchas veces, debidos a causas naturales, y otras por la mano del hombre. En estas mismas páginas, y por intermediación de Javier Flores, de Ediciones Puertollano, el pasado 21 de marzo se publicó un artículo en recuerdo a mi padre, Joaquín Holgado Soliva, fallecido unos días antes, en el que se rescataban los trabajos de conservación de la Fuente que él mismo hizo en su momento.
Al parecer, ya en 1950 se arrastraba un periodo largo de sequía y la Fuente presentaba problemas de caudal, pero no solo fue ese motivo por el cual se tuvo que bajar un peldaño más, ya que el agua no llegaba a los caños, y construir una nueva cuba de madera en su interior, sino que la falta de cuidado en torno a la Fuente en lo que a construcciones se refiere ha sido un problema histórico para su supervivencia. Posiblemente, la situación de hoy es el resultado de toda esta, por qué no decir, mala política conservacionista.
Efectivamente, como bien dice Félix Calle, la Fuente Agria es una “seña de identidad” de Puertollano, y por ello merece todos nuestros esfuerzos, incluidos los de los poderes públicos. No caigamos en el tan recurrente tópico actual del cambio climático como causante de todos nuestros males, incluido el de la falta de caudal en la Fuente, y pensemos qué otras cosas podríamos hacer para acudir en su ayuda.
Félix Calle pide “ideas para su mejora, por muy locas que sean”, pues en ese artículo del 21 de marzo publicado en este medio se sugerían algunas, las cuales resumo:
⦁ Comprobar la diferencia de cota entre la salida del caño y la ventosa o balón colocado en la perforación de la calle del Ave María.
⦁ Cerrar tres caños con bridas y acoplamientos especiales, para así montar en el cuarto grifo un tubo vertical de un metro, con idénticos acoplamientos, para poder comprobar hasta que altura sube el caudal de agua, y así disponer de un posible dato que nos identifique si existen pérdidas interiores dentro de la cuba.
⦁ Si esto fuera así, se debería desmontar en su totalidad la Fuente para poder comprobar su interior y actuar en consecuencia.
Esta falta de caudal no es solo de este verano, es un problema ya arrastrado de mucho antes, tal vez acrecentado por la impenitente sequía, pero muy seguramente motivado por problemas internos de la fuente y su manantial. Otra cosa es que nos atrevamos a tocarla, pero esas decisiones competen a los que deben tomarlas en el momento en el que se les requiere.
Javier Holgado Corral
Un agua que huele y sabe a mierda. Como todo en el pueblo.
Sin lugar a dudas habría que desmontarla y saber realmente que tenemos dentro: caudal, intensidad y cota. Al margen de esto, hay que estudiar la forma aproximada , cuál es el acuífero; porque solo se hicieron pequeñas catas,pero sin determinar contenido, ni origen, ni forma, ni nada, sólo datos muy superficiales.