El Auditorio Municipal acogió en la noche del viernes el acto central del 50 aniversario del colegio Infante Don Felipe. Diferentes generaciones de alumnos y profesores acudieron a una cita marcada por los reencuentros y las emociones.
Nostalgia mezclada con “el deseo de seguir avanzando y formando a los daimieleños y daimieleñas del futuro”, como destacó el director del Infante, Miguel Ángel Martínez, quien también agradecía a sus compañeros de claustro y al AMPA del colegio el esfuerzo realizado para la organización de este evento.
Entre los invitados estuvo el delegado de Educación, José Caro, quien destacaba la labor del Infante durante estas últimas cinco décadas de las que ha sido “testigo y protagonista de la evolución de Daimiel”. Caro les felicitaba por “la formación de tantas y tantas generaciones, y especialmente por el esfuerzo realizado estos últimos cursos marcados por la pandemia”.
A esas felicitaciones institucionales se sumaba el alcalde, Leopoldo Sierra, quien en su intervención recordó que él también subió las escaleras del centro cuando tenía siete años. Sierra destacó que “compartía con miles y miles de daimieleños la gratitud de haber recibido unos principios y valores que han servido para forjar nuestra ciudad”.
Uno de los que mejor conoce ese ADN es Manuel Barrajón, el director que ha estado al frente del colegio más de la mitad de sus 50 años de trayectoria. Barrajón, que habló en nombre de todos ellos sobre el escenario, decía que “una de las mejores cosas que ha tenido el Infante Don Felipe es que ha tenido unas plantillas estables y eso ha ayudado al centro y a conformar una manera de relacionarse con la comunidad educativa”.
De esa historia habló el profesor Juan Vidal, que ha escrito un libro desde los inicios del Infante hasta la división que dio lugar al colegio Albuera. Por el escenario del Auditorio se escuchó también a representantes de las primeras ampas, de la primera generación del colegio y de la última que ha finalizado este curso 6º de Primaria.
Actuaciones musicales, un monólogo y la proyección de dos videos con fotografías del pasado y del día a día en el centro completaron una velada que se alargó hasta la madrugada con la alegría de celebrar 50 años en plena forma.
