Hay veces que un paso atrás puede ser el preludio de dos adelante. Es lo que debe pensar Iván Romero, que el sábado cayó gravemente lesionado en su debut con el Levante UD. Había decidido fichar por uno de los grandes candidatos al ascenso y salió en la segunda parte del encuentro jugado en el ‘Ciutat de València’ frente al Burgos CF. Muy cerca del final, recibió una durísima entrada de un jugador castellano Atienza, que lastimó su tobillo izquierdo. Incomprensiblemente, el árbitro ni siquiera amonestó al infractor.
Las primeras pruebas determinaron un fuerte esguince grado 3, que garantizaba una baja prolongada. Sin embargo, la buena noticia es que la resonancia magnética ha descartado rotura de los ligamentos, de modo que bastará con descanso y tratamiento conservador. El parte oficial del Levante UD habla una baja estimada de seis semanas.
El delantero se encuentra en reposo, todavía con un fuerte hematoma en la zona dañada, pero tranquilo y relativamente optimista con su recuperación. Después de hacer la pretemporada con el Sevilla FC, Iván fue traspasado al Levante UD, desechando otras ofertas incluso de clubes de LaLiga. El entorno del futbolista cree que Orriols puede ser el camino más rápido para volver a la máxima categoría. Este contratiempo no será obstáculo para lograrlo. La temporada es larga y el talento del solanero sigue intacto.
