Esta tarde, después de la presentación de los nuevos fichajes, el Presidente del CD Puertollano, Guillermo Fernández Moya, ha hablado sobre el traspaso de Valdivia, en este mercado invernal al Ontinyent, que milita en 2ªB y del momento de crisis por el que ha pasado el Puertollano B .
Con relación a la marcha del canterano Valdivia, Fernández Moya la ha con motivos económicos: Valdivia es un jugador muy importante para nosotros, llega una oferta del Ontenyent y nos lo pensamos. Pero el Puertollano no puede llegar a la oferta que le hace este club”. Aunque después aclaró que si Valdivia no juega en un equipo de categoría superior volverá a Puertollano. “El contrato se queda firmado para la temporada 2013-2014 con el Puertollano, salvo que juegue con un equipo de 2ªB, 2ª o 1ª División. Todavía no hemos tirado la toalla”, adviritió Fernández.
Puertollano B
Sobre el delicado momento por el que atraviesa el Puertollano B, con la dimisión del entrenador y las reclamaciones de los jugadores en el sentido de que con el ascenso de sus principales baluartes al primer equipo, el filial se ha quedado con una plantilla demasiado justa, Fernández reconocía que “se ha producido un motín en el peor momento posible, vamos a reunirnos con los jugadores para dejar todo este asunto claro. Intentaremos que el primer equipo no se vea perjudicado, el primer equipo es el que lleva la batuta de todo. Nosotros entendemos que los jugadores que están en el B, y que ya han jugado con el primer equipo, pasarán a formar parte de la primer plantilla, pero hay que cerrar este asunto”. El presidente dejó bien clara la posición de su directiva al afirmar: “Queremos mantener al equipo, nos ha costado mucho trabajo hacerlo y queremos seguir con ello, la última solución sería retirar al equipo, pero intentaremos que esto no suceda”, concluyó Fernández.
Después de esta rueda de prensa el Presidente se reunía con el C.D. Puertollano B, para tratar este asunto con los jugadores y según el gabinete de prensa del equipo la reunión ha resultado satisfactoria para ambas partes y, al menos por el momento, después de la tempestad ha llegado la calma.