Elecciones 2023. Necesidad de regenerar políticamente a España

Artículo de Opinión de Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Jesús Antonio Rodríguez Morilla.- ¿Tan largo me lo fiais? o ¡Largo me lo fiais!, han sido frases empleadas por nuestros clásicos Miguel de Cervantes en El Quijote y Tirso de Molina en El Burlador de Sevilla para significar en ocasiones la fijación de un plazo que, por su propio anhelo, pudiera retrasar una determinada acción tal y como la imprescindible regeneración política en España.

Para muchos de nosotros constituyen una cita de extraordinaria importancia las próximas Elecciones Municipales; Autonómicas (excepto comunidades no históricas); Consejos Insulares; Congreso y Senado, salvo adelanto electoral, ya que se tendrá la oportunidad de valorar las actitudes tanto activas como pasivas de los Partidos Políticos a los ciudadanos, puesto que, al Estado, al igual que el actual Gobierno se les debe considerar: “fallidos”.

Este humilde columnista con casi tres cuartos de siglo a sus espaldas, todavía en activo a través de Uds. ha sido testigo desde 1973, (fiel observador en cuanto a tiempo transcurrido), de una perspectiva suficientemente amplia de acontecimientos políticos aderezados desde entonces, con estancias de corta, media y larga duración en treinta y siete países, permitiendo también observar cómo se contempla a España desde el exterior.

Desde 1975, y durante un tiempo fuimos políticamente neófitos. Partiendo de cero, con posteriores instructores prosélitos a los cuales casi nunca hemos solicitado justificaciones sobre sus quehaceres políticos o eventuales desacuerdos, casi siempre impregnando los ciudadanos con la tradicional generosidad y buena fe de las que siempre han hecho gala los españoles volcados hacia sus gobernantes.

La situación de España, aún dentro del contexto general de Europa, se vuelve económica y políticamente cada día más insostenible, lo cual ya conocen Vds. a través de algunas de las columnas e indicadores que venimos publicando periódicamente.

En otro orden de cosas, señalar dentro del maremágnum de eventos que se nos avecinan: Institucionales y Electorales: REUNIÓN OTAN EN MADRID, primera en décadas solicitada en 2019, en la cual se producirá el probable y deseable encuentro por imperativo protocolario hacia el anfitrión por parte de Bidden a Sánchez.

Como telón de fondo la modesta colaboración económica de España a la estructura militar OTAN, según Newtral en 2020 y 2021 del 1 y 1.2% de nuestro PIB, es decir, 11.240 y 12.208 Mll. de euros, respectivamente, junto a las desguarnecidas defensivamente por la Organización respecto a  Ceuta y Melilla.

También Institucionalmente. (segundo semestre 2023 - 1/7 al 31/12) - nos tocará asumir la presidencia de turno de la U.E., la cual viene siendo ejercida de forma rotatoria y simbólica por los Estados Miembros.

Suelen los asuntos principales encontrarse ya planificados y decididos, salvo algún fleco retrasado, ya que generalmente la política económica de las U.E suele dictarla Bruselas, pero alguno que otro punto, digamos, “se cocina” por los Estados Miembros en dicho periodo, dentro de su propio orden o desorden.

A propósito de ello, una de nuestras habituales fuentes nos comentó que estuviera atento al reciente viaje del primer ministro holandés, Mark Rutte a España, y, aparte del motivo oficial, resultaba llamativo que dicho primer ministro se acercara a Sánchez, el cual no ha sido precisamente santo de devoción en sus parabienes durante los últimos tiempos. Efectivamente, habrá que prestar atención.

Vayamos pues al Tema Estrella de la presente Columna y Mensaje de regeneración política, que debería partir directamente del electorado a los partidos políticos, mediante el sentimiento de un rechazo, desencanto, hartazgo, desafección, desacuerdos, etc. ante motivos sobradamente demostrados, de perfecta cabida en un régimen democrático ante una situación que se viene perpetuando durante los últimos gobiernos, y no vamos a listar acontecimientos.

Históricamente todos los partidos políticos tienen sus ciclos

El actual partido en el poder, PSOE en coalición, “rebosa cesarismo” y “estratagemas” hacia el electorado, al igual que fue puesto en práctica allá por los ochenta por uno de sus predecesores, pareciendo consustancial en determinados momentos.

Respecto al P.P. aún se encuentran abiertas las cruentas y fratricidas heridas ocurridas en los recientes acontecimientos, además de que el reciente presidente elegido, no ha tenido oportunidad de ejercer como tal, no se le conoce suficiente, desconociendo si el partido se encuentra pacificado o surgirá alguna otra línea discrepante y vuelta a empezar.

VOX, aún inmaduros, sin experiencia, con todavía algunas connotaciones políticas genéticas aún sin desprender. Su crecimiento probablemente se deba a una mezcla del rechazo y hartazgo hacia el gobierno actual, junto a cierta desconfianza en el PP

Respecto a la Izquierda de estilo bolivariano o venezolano, afincada en lo caótico, no acabamos de acostumbrarnos y Europa tampoco. Intentan insuflarnos o transmitirnos un modelo trasnochado en materia de formación y valores en detracto de la formación de nuestra juventud, tanto en Bachillerato como Universidad notándose la merma en conocimientos.

Por ello, reflexionemos la enorme importancia que tiene 2023, para hacer llegar a los partidos el mensaje de la regeneración política española, vital a todas luces, obligando a recordar que la abstención en 2016 fue del 30.16% y en 2019, el 33,76%.  

LA ABSTENCIÓN O LA FALTA DE PARTICIPACIÓN

Técnicamente significa no emitir voto, y al no existir el mismo, no afecta a los resultados, pasando a convertirse en apatía participativa, o bien, en rechazo a la situación u oferta política existente.

La misma no suele gustar a los partidos, los cuales tratarán de convencer de lo contrario a fin de que una posible decisión final de no acudir a las urnas pueda ser utilizada por los votantes como muestra de desaprobación a su gestión.

VOTAR EN BLANCO

Se consideran “voto válido”, aun cuando el sobre se encuentre vacío, tendrá influencia positiva en el reparto de escaños entre los partidos participantes que rebasen el 3% votos.

Como conclusión, cabría preguntarse ¿cómo se interpretaría en las próximas elecciones a juicio de los partidos, una falta de participación que rondara el 50/55% del electorado?

Podría ser una buena fórmula de rechazo a través de los supuestos votantes, encontrándome convencido de que rectificarían y en las siguientes elecciones observaríamos que tuvieron más en cuenta en la práctica de la política a este desdichado País. ¡Ojalá fructifique la opinión!

Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Doctor en Derecho (Cum Laude)

Diplomado en Estudios Avanzados de la UE

Caballero de Mérito por Real Orden Noruega

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