Tras reunir el pasado sábado a más de 1.500 personas

El 'Vid Festival' de Daimiel llega para quedarse

El ambiente habló por sí sólo, tanto al mediodía como rozando la medianoche cuando el vocalista de Siloé (Fito Robles) comenzaba su actuación situado entre el público y mientras sonaban los acordes del tema La Verdad. Su voz se abrió paso con una letra adaptada al Vid Festival, un evento que ha cerrado su primera edición dejando buenas sensaciones entre organizadores y asistentes quienes confían en que la primera edición sea el punto de partida de una cita dispuesta a alinearse como indispensable en la oferta cultural de la provincia y la región.

El primer Vid Festival ha nacido con la intención de sumar música, vitivinicultura y gastronomía manchega. Un alistamiento de factores que logró en la parte central del día que el Recinto Ferial de Daimiel se citaran trece bodegas de Castilla-La Mancha, la quesera Ojos del Guadiana y la Federación de Asociaciones Culturales de Daimiel (FEDADA), que se encargó de elaborar hasta cinco tapas típicas manchegas imprescindibles para reponer fuerzas. Todo esto, entre cientos de asistentes.

La actividad en el escenario Sandevid, situado frente al Auditorio Municipal, comenzó con la grabación de un programa especial del podcast Provincianas. Alba Cordero, Janire Gutiérrez y Ana Medina contaron con la participación de Merino, una de las bandas que actuaría esa misma noche.

Seguidamente, los conciertos de Mauri, Paula Serrano y Lunáticos añadieron la parte musical con denominación de origen manchega, demostrando con creces a propios y extraños el espectacular nivel artístico de sus propuestas, todas ellas cargadas de oficio y con una proyección espectacular.

Lunáticos se vieron obligados a prolongar su concierto hasta casi dos horas debido a la lluvia que, aunque tímida, retrasó el comienzo de las actuaciones en el escenario principal alrededor de una hora. La sesión de DJ Gavi y la charanga de la peña La Garrota se encargaron de amenizar la espera.

Ya dentro del Auditorio Municipal, el atardecer sirvió de lienzo perfecto para el comienzo del concierto de Mercedes Cañas. Una actuación muy especial ya que, como la cantautora explicó, era la primera vez que formaba parte del cartel de un festival.

El pop acústico y la dulce voz de Mercedes Cañas fue la antesala perfecta para el concierto de Henko, que se consagraron en su tierra definitivamente como una banda a tener en cuenta en el rock independiente nacional. Las canciones de su último disco ‘Mar de Terciopelo’ sonaron grandiosas ante sus fans que auparon literalmente a hombros al cantante y guitarrista de la formación Jesús Arroyo que bajó al público durante la interpretación de ‘Asteroides’.

Con el público completamente entregado subió al escenario Merino entre juego de luces y con una colección de grandes canciones bajo el brazo. Con ‘Apareciste’ como principal exponente, el grupo demostró haber dejado atrás la etiqueta de banda emergente para convertirse en parte importante del presente del pop español.

Una actualidad en la que también se encuentra Siloé. Los vallisoletanos ofrecieron un espectáculo musical que comenzó entre el público y acabó en la estratosfera, no se dejaron absolutamente nada en el tintero, capaces de mezclar con una maestría impresionante la canción de autor folk con el pop bailable y bases electrónicas.

Tras la actuación de Siloé y con la sesión de pop indie de Bita manteniendo caliente el ambiente del festival entre grupo y grupo, todo estaba listo para Amatria, que convirtió el escenario del Vid Festival en una auténtica fiesta. Un público repleto de fans coreó todos y cada uno de los grandes éxitos que conformaron su repertorio. Es el caso de ‘Chinches’, que el propio Joni Antequera utilizó para bajarse del escenario y unirse a los viders de las primeras filas. El broche de oro del festival lo puso la DJ argentina Vilu Gontero que consiguió mantener la energía al máximo hasta las cuatro de la mañana, cuando se apagaron las luces de la primera edición del Vid Festival.

Más de 15 horas de música, cultura y gastronomía que tuvieron continuidad el domingo, pero con otro carácter a través de las visitas programadas al yacimiento arqueológico Motilla del Azuer y al parque nacional Tablas de Daimiel, una cata de vinos comentada gracias a la fundación Tierra de Viñedos desde el Espacio Fisac de Daimiel, y una mesa redonda de Mujeres en Gastronomía, en el patio del Museo Comarcal daimieleño.

Desde la organización, los promotores Mario García-Muñoz y Pedro Díaz-Pinés han hecho un balance “muy positivo” de esta primera edición tanto, tanto en la parte artística como en lo que afecta a la asistencia y nivel de satisfacción del público que, argumentan, “disfrutó intensamente de los conciertos sin que ocurriera ningún tipo de incidente”.

En lo que respecta al impacto que el festival ha tenido en la economía local de Daimiel, se ha conseguido dejar todas las plazas hoteleras agotadas y favorecer la promoción de la localidad como destino turístico, señalan desde una organización que agradece la colaboración de entidades y patrocinadores, además de al ayuntamiento de Daimiel su implicación porque “todo han sido facilidades” para un Vid Festival que apunta a ser “el primero de muchos”.