Por Fernando Bernardo
Acaba de finalizar el Campeonato y el chino Ding Liren se ha proclamado nuevo campeón del mundo. Para llegar a ello hubo de superar un inicio vacilante, con una derrota en la segunda partida.
La cuarta partida fue el inicio de la remontada de Ding Liren. Llegaba anímicamente en desventaja. Iniciado el juego, supo calmarse, comenzó a establecer un centro de peones y llevó una torre a la casilla e4. Los movimientos se enlazaban con naturalidad. Un error de Nepomniachtchi al colocar su caballo en d4, propició el sacrificio de la torre de Ding y decidió la partida.
La jugada 34 Cf5 estableció un dibujo interesante en las casillas ocupadas sobre el tablero: b3, c3, d3, e3, f3, g3. h3 / c4, d4, e4, f4, g4 / d5, e5, f5 / e6. Un triángulo perfecto. Inevitable establecer la analogía con uno de los edificios estrella de Astana: La Pirámide de la Paz y la Armonía diseñada por Norman Foster.
Qué bella asociación entre la sede de un congreso trianual de las religiones de todo el mundo, la perfección geométrica y un Campeonato del Mundo ejemplar en la actitud y espíritu de lucha de los dos jugadores!
Hoy, la partida cuarta a ritmo rápido, tras las 14 celebradas a ritmo clásico, fue la conclusión lógica de un Torneo trepidante. Lucha sin cuartel, jugadas arriesgadas, búsqueda del desequilibrio de la posición en pos de la victoria. En la sala de juego, se estaba interpretando una melodía extraordinaria. El tablero era como el dombra, y las dos cuerdas del instrumento, vibraban como los nervios en tensión de cada uno de los dos jugadores. En el canal de TV Dombyra, son frecuentes las tradicionales canciones de la estepa interpretadas ante ancianos, niños y jóvenes en el interior de la yurta. Del mismo modo, espectadores de todo el mundo a través de internet, contemplaban embelesados el recital de ajedrez que se estaba celebrando en la sala circular de Astana.
Memorable Campeonato del Mundo en Kazajistán. Ding Liren ha sido el vencedor en la última partida. Hasta llegar a ella, los dos jugadores, por igual, han sido merecedores al título que ha dejado vacante Magnus Carlsen.
Y un lema para el recuerdo: "Paz y Armonía".
Fernando Bernardo
