El pediatra daimieleño hilvanó, a través de pequeñas historias, el sentimiento que la localidad vive en estos días

Daimiel: López-Menchero pregona la esperanza que late en Semana Santa

La Semana Santa más esperada en décadas arrancó la noche de sábado en Daimiel con el pregón del pediatra daimieleño, Jesús Cecilio López-Menchero. En una abarrotada parroquia de Santa María, López-Menchero proclamó un pregón marcado por una idea central: “siempre hay esperanza”.

Lo hizo con pequeñas historias, algunas contadas en primera persona recordando guardias muy duras en el hospital, y otras ficticias, donde cada uno de los asistentes seguro que reconoció a alguien cercano en la anciana Angelita, en el pequeño Joselito o en el matrimonio de Jesús y Mari Cruces.

Historias donde a pesar de la soledad, la enfermedad o la muerte, podemos encontrar la esperanza, insistió el pediatra. Como pasa en un hospital y como pasa en Semana Santa, que empieza con la Pasión de Jesucristo, pero acaba con la Resurrección, recordó.

Esa es para López-Menchero, la esencia de la Semana Santa daimieleña: los momentos y los recuerdos que, con la familia, con los amigos o con los hermanos de nuestra cofradía, nos ayudan a sentirnos felices pese a los problemas que nos abruman a diario.

Por eso, después de ese emotivo recorrido por cada día de los que se repetirán esta semana, el médico daimieleño invitó a que se vivan devoción, ilusión y esperanza. Ninguno de nosotros sabrá lo que pasará los siguientes años, pero si sabemos, como muchos de los que se han enfrentado a la pandemia con humildad, paciencia y trabajo, que si vivimos unos al lado de los otros, superaremos las dificultades”, remarcó al final de su pregón. Ahí también, como en el último capítulo de una serie, confluyeron las entrañables historias Angelita, Don Antonio o Jesús y Mari Cruces.

Un canto a la esperanza y “una catarsis interior” que, como adelantó el historiador y cofrade ‘colorao, Mariano García-Consuegra en la presentación del pregonero, ya experimentó López-Menchero al escribirlo y que anoche contagió a un público entregado que le correspondió con una atronadora, sentida y larga ovación.

Las primeras enhorabuenas que recibió Jesús Cecilio fueron las del presidente de la Junta de Hermandades, Víctor Manuel García-Pliego y la del alcalde, Leopoldo Sierra, que encabezaban la representación municipal y cofrade de a velada. También les acompañaron en ese primer banco los párrocos de Santa María y San Pedro, Valentín Sánchez-Rojas y Eulalio Asensio, respectivamente, y el consiliario de la Junta de Hermandades, Jacinto Naharro.

Alcalde

Tras el pregón, Sierra felicitó a López-Menchero por sus palabras, en lo que, entendía, fue el preámbulo idóneo para volver a vivir a la Semana Santa daimieleña en plenitud. “Estamos todos deseosos de disfrutar de nuestra semana grande, de los recuentros familiares y de la fe que cada uno deposita en sus titulares y procesiones”, evocaba.

El alcalde también subrayó que estos días van a ser muy importantes para la economía local después de dos años donde ni la hostelería ni el sector turístico han podido trabajar a pleno rendimiento. Por ello, Sierra espera recibir a “mucha gente y que, los que vienen y los que estamos, disfrutemos del sentimiento que todos los daimieleños compartimos en la Semana Santa”.

A esa cita tampoco faltará la Banda Municipal de Música, a la que también perteneció el pregonero durante su juventud tocando el saxofón alto. Antes del pregón, la formación dirigida por Pedro Francisco Sánchez-Valpedeñas, interpretó ‘El Niño Perdido’, ‘Expiración’ y ‘Capuchinos’, como manda la tradición en los pregones que se celebran Santa María.

Ahí ya se vieron algunos ojos empañados. Una emoción que unía el duro recuerdo por lo sucedido en los dos últimos años y la esperanza que alumbra una Semana Santa como las de toda la vida.