Llegados de Membrilla, Almagro, Manzanares, Malagón, Pozuelo y otros tantos municipios más

Daimiel: Hermanamiento provincial en el pasacalle ecuestre de la peña equina 'Rocinante'

Morante, Bandolero, Solitario, Joyel, Cierva, Homero, Sobrao… Son los nombres de algunos de los rocines participantes en el desfile desarrollado este domingo por la mañana por las calles de Daimiel aprovechando su Feria. Ellos fueron los auténticos protagonistas de la admiración causada a su paso. Partió del parque San Isidro tras una chocolatada para transcurrir por un recorrido habitual que atravesó el barrio de San Roque dirección a La Paz y bajó por Misionero Eusebio Ortega Torres para dejarse ver por el centro y retomar la calle Arenas hasta llegar a la Avenida de los Deportistas donde se localiza estos días la sede de la entidad organizadora.

Engalanados para la ocasión, llegaron procedentes de municipios como Membrilla, Almagro, Manzanares, Malagón o Pozuelo, atendiendo a la convocatoria de la peña anfitriona ‘Rocinante’. Una cita que logra hermanar a casi toda la provincia, como comentaba su presidente Luis Romero del Hombrebueno.  

Desde las nueve de la mañana, los primeros participantes bajaban a sus animales y los ataviaban. Los autóctonos, poco a poco iban haciendo acto de presencia, alcanzando los sesenta asistentes. Entre ellos, el Mayoral, Rafael Susmozas, o la Amazona 2022, Elena Aranda García de la Mora.

Algunos de los jinetes explicaban que el ámbito ecuestre es un mundo que “cuando se entra ya no se sale de lo bonito que es “, como relataba Jesús Núñez, de Membrilla, montado a lomos de su Joyel. A su derecha, Luis Santiago.

Este almagreño, reconoce ser aficionado desde niño. Con su yegua de pura raza española llamada Perejil expresaba su ánimo por “echar la mañana en esta reunión entre amigos”.

La propia Amazona aseguraba que “en Daimiel se siente como en casa”. No es para menos, la peña que comanda Romero del Hombrebueno cumple su 25º aniversario en este 2022, aunque su historia se remonta cinco años antes con Basilio Menor y Jesús Pozuelo junto con otros doce aliados más comprando una yegua que les permitía “poder pedir la llave de la Plaza de Toros”. Fue el germen de una afición muy arraigada en Daimiel, que hoy por hoy está debidamente constituida, cuenta con casi un centenar de socios, está en plena forma y es capaz de convocar este hermanamiento provincial año tras año.