Conferencias mundiales sobre cambios climáticos continuarán sin avances

Artículo de Opinión de Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Jesús Antonio Rodríguez Morilla.- No se encuentra el Planeta en la actualidad en condiciones de auxiliarse a sí mismo. Tampoco viene haciéndolo desde hace décadas.


Por ello, aventurar un escenario para el año 2.050, apenas una generación, no resulta aparentemente temerario, pensar a convertirlo en situación funesta, fácil de presumir.


Para dicho fecha, serán muchos de Uds. entre 9.000 y 10.000 millones de seres en nuestro Planeta.

El próximo mes de noviembre 2.022, según los expertos seremos 8.000 Mills.


Por otro lado, venimos observando que la Sociedad viene cambiando a ritmo vertiginoso, al igual que la composición de la Tierra.


Probablemente recordarán, hace días, una imagen de TV en el Ártico, en la cual aparecía un Oso Polar, sobre un trozo de hielo, cuán náufrago abandonado se tratase.


Significaría, que nos encontraríamos a escasos años de la pérdida de la cobertura helada del casquete polar, pudiéndose convertir dicho Océano en un amplísimo territorio abierto a la navegación y posible explotación de su subsuelo.


Poco que añadir a lo ya dicho sobre la dependencia de los combustibles fósiles, de los cuales seguiremos medioambientalmente hablando confinados y suspendidos en el vacío, viniendo a cuento aquella famosa frase de “cañones o mantequilla” tan utilizada por los economistas para significar de manera simple un grado de elección.


Se han celebrado desde 1995 en Berlín hasta 2021, en Glasgow, 28 Conferencias sobre Cambio Climático, y las únicas algo destacables por sus declaraciones de intenciones en las que al final pasaron a convertirse: Kyoto (1997) y París (2015).


En el resto, se impusieron los Grupos de Poder junto a las condiciones ya conocidas.


Las diversas ONG’s como 350 ORG, continúan trabajando, por ejemplo, sobre el “fraking” de Vaca Muerta en Argentina, que según manifiestan constituiría un fiasco, además de sus permanentes esfuerzos contra la proliferación de combustibles fósiles, o lo que es lo mismo, “predicar en el desierto”.


Sigo manteniendo contactos regulares con dichas ONG’s, única forma de conocer lo que sucede a ambos lados del conflicto.


Me viene a la memoria aquella simulación que sucedía en la COP-25, celebrada en Madrid en diciembre 2019, dirigida a mejorar medidas que frenaran los cambios climáticos, y, por cierto, debía merodear por entonces en las instalaciones del IFEMA, el patógeno COVID-19 buscando acomodo.


Glasgow resultó otro fracaso para los intereses del Medio Ambiente, y Egipto, más de lo mismo de acuerdo a la tradición.


No obstante, fue un privilegio trasladarles mis Columnas, ofreciéndoles opinión a través de este Medio, sobre el especial, por lo ficticio del contenido que supuso COP-25, durante más de dos semanas de aquello que sucedía en la Conferencia Mundial celebrada en Madrid en diciembre 2019.


Privilegio extensivo en compartir la impartición de conferencias con científicos de todo el mundo bajo un único objetivo: Observar los grados de avance en la reducción de gases de efecto invernadero a la atmosfera.


Créanme una especie de “bluf”, no por éstos, sino por el tiempo transcurrido, convertido en persecución del “staff” representativo del oro negro, a la búsqueda de algún atisbo esperanzador.


Posteriormente, Glasgow resultó otro fracaso para los intereses del Medio Ambiente, y Egipto, resultará más de lo mismo de acuerdo a la tradición.


Resumiendo, a la vista de la actualidad, posiblemente nos encontraremos a partir de 2023, además de lo anterior, ante crisis generacionales hipotecadas de la índole de 2008/2009, o lo que es lo mismo, “brújulas sin navegación”.

Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Doctor en Derecho (Cum Laude)

Diplomado en Estudios Avanzados de la UE

Caballero de Mérito por Real Orden Noruega

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