El paso del tiempo con una exposición de relojes antiguos en el Museo Municipal de Puertollano

El Museo Municipal de Puertollano acoge hasta finales del mes de febrero una exposición de relojes antiguos coordinada por Santos Aparicio. Una muestra con más de 400 piezas que se puede contemplar en la planta baja de este espacio expositivo y que ha sido inaugurada en la mañana de este martes, 14 de febrero, por la concejal de Cultura del Ayuntamiento, Ana Muñoz.

No es la primera vez que esta exposición se exhibe en la ciudad industrial, ya que según ha informado Muñoz, un segundo año “repetimos por el éxito que tuvo y porque dejó enamorados a muchos ciudadanos de Puertollano”. Y es que para la concejal, las obras de “Santos Aparicio, con su taller totalmente altruista de relojería que desarrolla en este museo” son dignas de que puedan ser contemplada tanto por personas individuales como por colectivos y centros escolares.

Asimismo, la concejal ha querido agradecer la labor que realiza Santos Aparicio “por la recuperación de una profesión y del patrimonio relojero”, y sobre todo por “ofrecer una actividad cultural gratuita que tiene muchos adeptos en la ciudad”.

Por su parte, Aparicio quiso poner de manifiesto que en parte, el fin de esta exposición es que los relojes que han reparado los alumnos en el taller vieran la luz y que se haga patente la labor que se está haciendo, incluso cuenta que el amor por los relojes de estos participantes les ha llevado a comprar piezas a Finlandia, La India, Estados Unidos, Inglaterra, etc., que posteriormente han puesto a la venta para seguir financiándose el taller de reparación.

En definitiva, una exposición que ya está teniendo una “buena aceptación” y en la que se han incrementado el número de relojes mecánicos, cuya datación van desde el año 1.780 a 1.950 como máximo. En la misma ha colaborado con la cesión de relojes la Joyería Aparicio de Santa Coloma de Gramanet, y el propio coordinador espera que se vaya superando el número de piezas en los próximos años.

Relojes mecánicos de pared, de bolsillo, de pulsera, de sobremesa, de todas las formas y al gusto de cada época. Los califica como verdaderos “incunables”, ya que algunas de las piezas ya no se pueden reponer. “Compramos tantos relojes porque contienen piezas de equivalencia que pueden servir para reparar otros más antiguos”.

Una muestra muy didáctica ya que permite conocer el interior de un reloj, las piezas necesarias en el proceso de construcción, así como la maquinaria precisa para su reparación, como tijas, coronas o cristales.

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