La primera jornada de FENAVIN 2017 se ha cerrado con un acto doble en el que el vino se ha maridado con la moda y la fotografía. El salón de actos del pabellón ferial de Ciudad Real ha acogido, a última hora de la tarde, un desfile con diseños del castellano-manchego Alejandro de Miguel y los alumnos del Centro Superior de Diseño y Moda de la Universidad Politécnica de Madrid y la Escuela de Moda de Sevilla. Los alumnos de Pasarela Madrid Real han sido los encargados de lucir las prendas en un acto que ha presentado la periodista Sofía Nevado y que ha contado con el acompañamiento musical del grupo Funky Time.
En el acto han estado presentes el presidente de la Diputación de Ciudad Real y de FENAVIN, José Manuel Caballero, así como la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, acompañados del vicepresidente de Promoción Económica y representante institucional de FENAVIN, Gonzalo Redondo.
Tras el desfile se ha realizado la entrega de premios del primer concurso de fotografía enológica que ha realizado FENAVIN. “Generaciones de vino y cueva”, de Jaime Villena Ferrer, es la fotografía ganadora del primer premio, dotado con 3.000 euros; “El beso”, de Clara Manzano, es la ganadora del segundo premio, dotado con 1.500 euros, y “Puro Jugo”, de Paqui Silva García de León, es el trabajo que ha logrado el tercer premio, en una votación popular, de 1.000 euros.
Durante todos los días de feria pueden verse en una muestra con todas las fotografías seleccionadas en el concurso en el pabellón Hesiodo. “El corazón del vino”, de Ángel Atanasio Rincón; “Catador de vinos”, de Juan Ángel Donaire Camacho; “Cocedero”, de Miguel Calatayud Huertas, “De Sol a Sol”, de Petri Molinero Palacios; “El origen del vino”, de Juan Carlos Doctor Mayoralas; “La magia del vino”, de Nuria González Rosa; “Fermentando nostalgia”, de Juan Ángel Gómez Rodrigo; “Vino de Tinaja”, de Jesús Monroy Manzanares e “Hijo de la Madre Tierra”, de Oscar Galán Molina, son los títulos del resto de fotografías que componen esta muestra.
Además se han entregado los premios al mejor tratamiento del vino en establecimientos hosteleros que han correspondido a Mesón Octavio, de Ciudad Real, y la Taberna del Cuco, de Puertollano.