Una carrera que llegó a su límite antes de tiempo

Andrew Bogut y el cambio de un deporte por otro en el ocaso de su carrera

Una carrera que llegó a su límite antes de tiempo, a finales de 2020. Esa podría ser la definición del ocaso que ha tenido Andrew Bogut en su paso por la NBA y cuyo estado físico le ha dejado sin poder disfrutar de la medalla de bronce que logró Australia en los Juegos Olímpicos de Tokio. Porque ese era el objetivo del natural de Melbourne a sus 36 años, el tratar de aportar a su país al más puro estilo Pau Gasol. Sin embargo, en sus últimos coletazos con el balón ya había tenido lesiones importantes y problemas que le habían lastrado en la espalda y el tobillo. Sus prioridades cambiaron y su carrera se apagó.

En lo físico al menos, porque para su mente Bogut todavía tenía preparado algo más. Y es que ya en los últimos años el oceánico había estado preparándose para poder competir en otro deporte totalmente diferente: el poker. Desde sus inicios en la NBA el pívot había tenido relación con jugadores profesionales de esta disciplina que le introdujeron en el mundillo. Todo ello después de que su compañero de selección Aaron Bruce le hiciera despertar la curiosidad. Y al parecer la similitud con el baloncesto a nivel mental es lo que hizo que el campeón de la NBA acabara jugando.

Bogut se une de esta manera a una lista de jugadores que van en busca de un deporte mental como el poker después de haber experimentado toda una carrera deportiva en una disciplina de habilidad física y técnica. Neymar dejó caer no hace demasiado que podríamos estar ante sus últimos años en el fútbol profesional y además destacó el poker como una posibilidad. Pero sin irnos a grandes iconos y fijándonos en apadrinados de Puertollano, Santi Cañizares fue otro que tras dejar el balompié se dejó encandilar por el arte de los naipes. Visitó etapas de algunos de los mejores circuitos de España, disputando algún que otro torneo en la variante Texas Holdem, conocida por su popularidad y por el poderío mental que exige.

El ex de Valencia y Real Madrid, entre otros, arrancó nada más finalizar su etapa bajo los palos y reconoció en varias entrevistas que fue en tierras manchegas donde empezó a jugar, después de ser invitado en televisión a una partida. Entonces eran más populares las modalidades con descarte hasta que llegó el Texas y el meta comparaba el estudiar las habilidades de los delanteros del equipo contrario con analizar la forma de jugar de los rivales en las mesas. Un poco en la misma línea de Bogut, que destacó la capacidad que se necesita para descubrir la posición en la mesa, al igual que él tenía que encontrar la suya en la cancha, y en especial en la zona.

Todo comenzó con inversiones

Detrás de la decisión de Bogut no podía estar otro que no fuera Phil Hellmuth. Uno de los considerados como mejores jugadores de todos los tiempos y ganador de 15 brazaletes de las World Series of Poker, el circuito más importante de este mundillo. El ex jugador de Warriors era muy amigo del estadounidense y compartía con este el estar invirtiendo en ciertos negocios relacionados con el capital de riesgo. En un intento del australiano de saber qué hacer con la fortuna que estaba creando en la NBA, descubrió el oficio de Hellmuth y también quiso probar suerte en este.

Entre otras cosas porque si hay una forma de cerrar un acuerdo en el sector financiero americano esa es una buena partida de poker. A partir de ahí, el jugador buscó un poco de formación para finalmente acabar impregnado por completo del juego de cartas. Lo practica de manera presencial y también lo hace en formato online, dos modalidades que ya ha probado incluso cuando todavía permanecía en la mejor liga del mundo de baloncesto.

Esa en la que se hizo gigante en el año 2015 al volver a llevar 40 años después a los Golden State Warriors a ganar un anillo. Fue en su tercera campaña con los californianos, tras siete temporadas formando parte de los Milwaukee Bucks. Después de la hazaña, tuvo un paso muy fugaz tanto por Dallas Mavericks como por Cleveland Cavaliers, para en 2017 firmar por los Lakers y regresar en 2018 a Warriors, con los que tan solo pudo disputar 11 encuentros. Sus recaídas de lesiones fueron constantes y la mente ya la tenía puesta en su siguiente objetivo.

Aunque la decisión de tener una retirada temprana le haya ocasionado el quedarse sin ella medalla olímpica, Bogut parece decidido a hacerse un camino entre las cartas. Un camino nada sencillo en un juego donde las ganancias de unos son las pérdidas del contrario, si bien de eso ya sabe bastante el de origen croata. Ser un profesional de una disciplina como es el poker requiere de mucho entrenamiento, de una estrategia muy bien depurada, de mucha fuerza mental y de tener esa pizca de suerte que marque la diferencia en los momentos clave. Muchos dicen que se hablará de Andrew dentro de no mucho en las mesas. Y puede que lleven toda la razón.