Tomás Arévalo.- A don Francisco Sánchez Menor:
Mi cariño, respeto, consideración por un modelo de actitud ante la adversidad basado en el sacrificio. En memoria… de mi primer Profesor de Educación Física.
Cuántas gracias le doy a aquellos responsables del Calvo Sotelo Puertollano que supieron ver en aquel hombre bajito y de aspecto tosco una fortaleza de espíritu y un carisma especial para configurar la futura personalidad de aquellos niños que tuvimos la oportunidad de toparnos con él desde una edad muy temprana.
No tenía ninguna formación… ni falta que le hacía. Lo suplía con su carisma y con ese ímpetu y esa caridad humana. Y digo bien, CARIDAD HUMANA. ¿Cuántas veces no ponía él su coche y los gastos para llevarnos a unos cuantos niños a correr a cualquier pueblo de Ciudad Real, a Toledo, o Madrid, representando al Colegio Inmaculada de Calvo Sotelo?
Es un hombre, permitirme hablar en presente, porque para mí siempre estará presente en mi vida, que ha batido todos los récords del atletismo en su especialidad, que ha sido referencia de grandes atletas y que ha sido, sobre todo, un gran educador. Sus principios, muy básicos pero fuertes, como el junco que se mueve en todas las direcciones pero nunca se troncha. El respeto al sacrificio, el trabajo en equipo, la disciplina, la persistencia y, sobre todo, la alegría de ver cómo generaciones y generaciones (abuelos, padres, hijos) de Puertollano han tenido contacto con él.
Doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de compartir con él tantos momentos que de alguna forma fraguaron mi personalidad y mi forma de ver la vida.
Muchas gracias maestro, muchas gracias educador, que Dios te tenga reservada una pequeña pista en la que seguir batiendo tus propios récords.
Un fuerte abrazo.
Tomás Arévalo (yo también gané la Carrera del Chorizo)